Uno de los grande aciertos de Netflix sin duda son sus series originales. Muchas producciones que han llegado bajo esta etiqueta a los ojos de las audiencias se han convertido en verdaderos fenómenos culturales, capaces de marcar tendencia en el terreno del entretenimiento y posicionar a la plataforma de streaming como un verdadero competidor para las grandes productoras de contenido.
Así, no resulta extraño que la firma de Los Gatos, California, destine un presupuesto entre 7.5 y 8 mil millones de dólares en producciones originales para tener alrededor de 700 contenidos propios al cierre de este año.
En este tenor, uno de los títulos más rentables para la compañía ha sido 13 Reasons Why, serie que retrata muchas problemáticas que enfrentan los jóvenes en la actualidad y que durante su primera temporada se convirtió en un gran éxito de la pantalla chica.
Basta con reconocer que, en su primera entrega, la serie producida por Selena Gomez, se convirtió en una de las más comentadas en redes sociales; rebasó los 11 millones de tweets en menos de un mes (luego de su estreno), de acuerdo con Variety. Estos números pueden darnos una idea de la expectativa que causó la llegada de la segunda temporada.
Aún cuando el éxito y relevancia entre las audiencias es evidente, ahora Netflix ha tenido que enfrentar presiones ante la exigencia de cancelación de esta trama, luego de que el Consejo Televisivo de Padres en los Estados Unidos considerara como dañina la escena final de la segunda temporada de la serie.
La controversia y polémica se derivó por la puesta en pantalla de violación masculina que ha sido criticada por contener “escenas innecesariamente gráficas”, a lo que el presidente del Consejo declaró: “el contenido y los elementos temáticos de la segunda temporada son aún peores de lo que esperábamos. Nos hubiera gustado tener 13 razones para la esperanza y la redención después del suicidio gráfico del protagonista femenino adolescente, pero en lugar de proporcionar un camino a seguir, la temporada sólo causa desaliento”.
La respuesta ante esta postura fue dada por Brian Yorkey, el creador de la serie, quien en entrevista para Volture aseguró que “Netflix ha ayudado a proporcionar a los televidentes muchos recursos para entender que este no es el programa para todos, y también, recursos para las personas que lo miran y necesitan ayuda”.
A esta problemática se suma la despedida Katherine Langford, actriz que interpreta a la adolescente Hannah Baker, protagonista de la producción, y que este lunes anuncio que dejaría de ser parte de la serie, por lo que de estrenarse una tercera temporada, esta carecería de la imagen de la actriz que se ha convertido en un emblema.
Lidiar con este tipo de situaciones no es cosa menor para Netflix, que ahora mismo busca la manera de mantener la rentabilidad de sus producciones originales. Las conclusiones de una investigación firmada por la consultora 7Park, señalan que la preferencia de los suscriptores se queda en programas como “The Office” y “Breaking Bad”, aún cuando series como “Stranger Things”, “Black Mirror” y “Orange is the New Black” han logrado ser aclamadas por la crítica, convertirse en fenómenos culturales y generar altas expectativas mediáticas.
DE hehco, el estudio indica que el 80 por ciento de los usuarios de Netflix no consume el contenido original de la compañía, sino que prefiere series y películas producidas por cadenas televisivas y estudios cinematográficos.