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En México se han dejado de imprimir más de 35 millones de libros, y año con año las ventas van a la baja.
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Otra víctima del coronavirus es Playboy.
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Playboy es un referente en la industria, no solo del entretenimiento para adultos sino que ya es parte de la cultura pop, es parte de la identidad norteamericana.
Básicamente todas las industrias han sido tocadas por la digitalización. Los cambios que ha traído consigo también responden a una ruptura de generación, depende de las industrias adaptarse o dejarse llevar por el impacto. Una de esas industrias que por su naturaleza vive en constante adaptación es el sector del impreso, por ejemplo en México se han dejado de imprimir más de 35 millones de libros, y año con año las ventas van a la baja. Más de una editorial recorta personal y la afluencia es menor. En el país la caída del tráfico de personas en librerías es del 3 y 5 por ciento, según el director de marketing de Librerías Gandhi.
El más claro ejemplo también está en la editorial PRH, este grupo lleva tres años sin crecimiento. Registró una caída de ingresos del 8 por ciento, entre 2015 y 2017, según datoS de BookMap. Ésta es la cuarta editorial más grande del mundo y al año publica unos 600 millones de libros. Pero sin importar la cantidad ni el reconocimiento de la firma viven una crisis.
Recientemente otra víctima, por esta crisis y por la sacudida que ha representado la llegada del coronavirus en prácticamente todas las industrias, es Playboy.
Playboy fin de la versión impresa
Después de 66 años la revista Playboy anunció que es insostenible la impresión de la revista sobre todo por la crisis económica y la incertidumbre provocada por el coronavirus. El CEO de la editorial, Ben Kohn declaró que la compañía dejará de lado la versión impresa por lo que queda del año.
La decisión es el resultado de varias discusiones editoriales donde se dedujo que la revista necesitaba transformarse para adaptarse mejor a lo que los consumidores quieren hoy. La resolución también gira sobre la necesidad de que la revista se convierta en un hecho actual, sobre cómo entablar una conversación cultural todos los días, en lugar de solo cada tres meses.
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Aún así la revista asegura que volverá a editar números impresos el año que viene. Según el CEO de Playboy: “Los hábitos de consumo de medios han cambiado radicalmente en los últimos tiempos. Los contenidos que producimos y las obras de arte que alumbramos son utilizadas por millones de personas en las plataformas digitales. Pero en su vertiente impresa nuestro contenido llega solo a una pequeña fracción de nuestros fans”.
El coronavirus fue para Playboy el último gran problema. El año pasado la revista pasó de publicarse mensualmente a trimestralmente y durante este tiempo también modificó su concepto editorial. Ante el cambio en el consumidor la revista redujo sustancialmente la cantidad de desnudos en el contenido de la revista.
Una pérdida importante
Los único problemas de Playboy se encuentra en la revista, esto a todas luces se trata de un cambio en el consumidor, la nuevas preferencias han dejado de lado el impreso y el foro se concentra en lo digital. Por ejemplo las suscripciones al contenido de Playboy a través del video se ha incrementado en un 30 por ciento, de manera anual.
Playboy es un referente en la industria, no solo del entretenimiento para adultos sino que ya es parte de la cultura pop, es parte de la identidad norteamericana. Fue sede de grandes escritores como Arthur C. Clarke, Norman Mailer, Joyce Carol Oates, Ray Bradbury, Vladimir Nabokov, Italo Calvino, Hunter S. Thompson. Es decir la partida de la revista impresa de Playboy, después de 66 años también representa una pérdida importante para la cultura moderna.
Problemas con la marca
También podría marcar el rumbo de este sector. La irrupción de la era digital representó una brecha casi insuperable para esta revista, en 2018 la revista perdía casi 7 millones anuales. En esa época el destino de la revista fue marcada por las declaraciones del CEO: “Históricamente podríamos justificar las pérdidas debido al valor de comercialización, pero también tiene que ser innovador…No estoy seguro de que la impresión sea necesariamente la mejor forma de comunicarse con nuestro consumidor”.