Fue una de las primeras señales de la mutaciĂłn de la propaganda polĂtica tal como la conocemos porque, si bien la territorialidad y los medios tradicionales siguen siendo ámbitos claves para la polĂtica, hace rato que ya no son los Ăşnicos. De hecho, pandemia de por medio, los consumos cada vez más digitalizados visibilizaron a una audiencia que ya casi no tiene registro de los spots radiales ni televisivos y mucho menos de los carteles en la vĂa pĂşblica. Esta creciente apatĂa social impuso una bĂşsqueda distinta en las formas en que los polĂticos se acercan a la ciudadanĂa, y TikTok es una de ellas.
Si tomamos en cuenta que las audiencias son cada vez más impacientes y se cansan cada vez más rápido debido a la saturación de contenido, la propuesta snack que caracteriza a TikTok se vuelve un recurso clave.
La plataforma china, que fue una de las más descargadas y usadas durante la pandemia, hoy es una de las protagonistas principales en una tensiĂłn geopolĂtica que muestra que las apps, las plataformas y sus audiencias son el nuevo campo de batalla en la lucha por el poder.
Sin embargo, si los polĂticos quieren hacer la diferencia con el uso de la red de los videos cortos, será necesario que entiendan que no se trata de un medio para transmitir sus mensajes de manera unidireccional, sino que deben aprovechar estratĂ©gicamente su potencialidad para escuchar y generar conversaciĂłn, porque en TikTok el Ă©xito se consigue, justamente, cuando se logra que los usuarios interactĂşen con nuestros contenidos. Frente a esto, los polĂticos atraviesan el gran desafĂo de caminar por la delgada lĂnea de las tendencias o morir en el intento cayendo al precipicio del ridĂculo.
AsĂ y todo, son muchos los polĂticos que han sabido adaptarse al formato que propone TikTok, buscando una conexiĂłn emocional con sus seguidores y eventuales votantes en una relaciĂłn más horizontal donde, de nuevo, lo que tiene que funcionar es el contenido.
Por eso, tal como explica Antoni GutiĂ©rrez-RubĂ, los polĂticos y las campañas polĂticas deben aprender de lo que hay detrás de fenĂłmenos como TikTok, considerando cuestiones claves como usar la parodia como una estrategia de deconstrucciĂłn de personajes y canalizador de crĂtica y propuesta polĂtica; y aprovechar que la mejor campaña es la que hace la gente anĂłnima, por eso es primordial entender el poderoso atractivo de lo natural.
Como bien explica Mario Riorda, “más allá de la conducta de los lĂderes frente a las redes sociales (…) el cambio de paradigma serĂa comprender la relaciĂłn entre redes, polĂtica y ciudadanĂa (…) porque la dinámica de las redes es una de las tantas demostraciones de que la evoluciĂłn de la complejidad se da en tiempo real y requiere de una adaptaciĂłn constante (..)”.
Queda claro que TikTok se está haciendo cada vez más popular entre los polĂticos pero, al menos de este lado del mundo, no llega a un nivel de adopciĂłn generalizada. Quizás por su lenguaje que resulta distante del tono que maneja la polĂtica latinoamericana, pero la realidad es que este es un momento ideal para que los polĂticos aprovechen la dinámica de esta red para conectar con el pĂşblico joven que, en definitiva, es el futuro de cada paĂs.