De acuerdo con un análisis realizado por Kaspersky Lab, compañía especializada en tecnología, antivirus y seguridad digital, la práctica del doxing continuará creciendo exponencialmente a lo largo del año. El término surgió en Internet y es utilizado para referirse a la acción de investigar, recopilar y difundir información sobre una persona con un objetivo concreto, ya sea para revelar información privada, localización o, en ciertas ocasiones, la identidad real de la persona investigada.
La vía principal para obtener los datos personales de una persona son las redes sociales donde se comparte información de carácter personal como fotografías, ubicaciones, datos del empleo actual, así como el número telefónico.
Aunque este tipo de práctica es realizada por hackers informáticos, los internautas comunes también pueden obtener ciertos datos personales, como lo demostró el experimento “Your face is the big data” realizado por el artista ruso Egor Tsvetkov, quien fotografió por seis meses a desconocidos en el metro y después utilizando un buscador especializado en rastrear rostros logró dar con los perfiles en la red social VK de algunas de las personas fotografiadas.
En el terreno de las redes sociales el reconocimiento de rostros abre un nuevo camino para la práctica del doxing, tan sólo la base de datos de Facebook cuenta con imágenes de mil 650 millones de usuarios, y según la compañía el sistema para etiquetar a una persona en una fotografía tiene una taza de acierto del 97.35 por ciento. Aunque para asegurar la privacidad los usuarios la empresa estadounidense adquirió Klik, aplicación que era capaz de cotejar los rostros de las fotografías con su base de datos, para eliminar dicha función.
Hasta ahora Happn es la única aplicación que permite ubicar a usuarios de Facebook que no se encuentran entre tus contactos, pero requiere que las personas que te rodean tengan una cuenta en esta aplicación y su autorización.
Sin embargo, no sólo los hackers o trolls, recurren a las fotografías que compartimos en redes sociales para obtener información, en el campo de la mercadotecnia, por ejemplo, la compañía Ditto Labs rastrea las imágenes que se comparten en Instagram o Twitter para conocer las reacciones que provocan ciertos productos entre los consumidores digitales.