@morawar
Hace algunos días hemos escuchado mucho el término “plagio”. ¿Sabemos su significado y lo estamos utilizando adecuadamente? ¿Hemos sufrido alguno o lo hemos hecho?
Comencemos con su definición de acuerdo al Diccionario de la lengua española de la RAE, para que no haya pierde y estemos sobre la misma línea:
Plagio
Del lat. tardío plagium ‘acción de robar esclavos’, ‘acción de comprar o vender como esclavos a personas libres’, y este del gr. plágios ‘oblicuo’, ‘trapacero, engañoso’.
- m. Acción y efecto de plagiar (‖ copiar obras ajenas).
- m. Bol., Chile, Col., Ec., El Salv., Guat., Hond., Méx., Nic., Par., Perú y Ven. Acción y efecto de plagiar (‖ secuestrar a alguien).
Plagiar
- tr. Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.
- tr. Entre los antiguos romanos, comprar a un hombre libre sabiendo que lo era y retenerlo en servidumbre.
- tr. Entre los antiguos romanos, utilizar un siervo ajeno como si fuera propio.
- tr. Bol., Chile, Col., Ec., El Salv., Guat., Hond., Méx., Nic., Par., Perú y Ven. Secuestrar a alguien para obtener rescate por su libertad.
Una vez definido lo que significa “Plagio” y “Plagiar”, nos queda claro que es algo con lo que hemos vivido desde pequeños, que lo hemos sufrido como víctimas del “copión” o, probablemente, alguno de nosotros lo hicimos y le copiamos al compañero de banca en la escuela y poder pasar un examen para el que no estudiamos.
Digamos que lo que hicimos en nuestra niñez, para curarnos un poco en salud, fue un acto inocente y tal vez no sabíamos lo que hacíamos (si, ajá…).
El caso es que el tema del plagio es muy delicado y estamos en riesgo de vivirlo, ya no como el acto infantil e “inocente” que les comenté, sino ya de forma profesional (por decirlo de alguna manera) en nuestras actividades publicitarias, hecho por personas adultas y con toda la intención.
El plagio lo podemos ver desde dos puntos de vista, tal como resalto en las definiciones de la RAE:
1.- Copiar obras ajenas
2.- Copiar en lo substancial obras ajenas, dándolas como propias.
O sea, ya no se trata solo de plagiar, sino de copiar para hacer pasar esa idea como propia. De cualquier manera, una acción detestable.
Nos pueden decir que “las ideas están en el aire” o que “ya todo está inventado y lo que hacemos es adaptarlo” para justificar que esa idea plagiada es válida para el copión.
El plagiario (o copión) no usa ninguno de los seis sombreros de Edward de Bono, más bien hace caravana con sombrero ajeno, y hace pasar como suyo el mérito de otros.
Mucho tiene que ver la ética profesional.
De eso es precisamente de lo que se le está acusando a los autores de un video que ha circulado de manera exitosa últimamente en las redes. Me refiero al renombrado comercial de Fud, protagonizado por Diego Luna y en el que intervinieron en la producción Luis Mandoki y Martín Hernández. En este video, hecho especialmente para el Día de la Madres, manejan el concepto de “Tu mamá miente”. Una idea que, según los críticos del trabajo de Mandoki, ya había sido utilizada anteriormente para la aseguradora MetLife en China, en un spot que maneja el concepto “Mi papá me miente”.
Los dos videos, vistos y replicados principalmente en las redes sociales, manejan de forma muy adecuada aspectos similares:
- Llegan exitosamente a los sentimientos de las personas (seamos padres o hijos).
- Reflejan el sacrificio que hacen los padres para que sus hijos vivan mejor o protegidos.
- Cuentan una historia desde el punto de vista del hijo(a).
- Los dos están muy bien dirigidos.
- Los dos tuvieron éxito gracias a las redes sociales.
Entonces, la pregunta: ¿si hay plagio o no?
Yo diría que lo hay cuando no podemos distinguir el original de la copia, y en este caso se distingue. El mensaje final de los dos no llevan el mismo objetivo y, aunque se trate el mismo “modelo” o concepto de lo que significa el sacrificio de un padre por sus hijos, no lo podríamos llegar a confundir. ¿O acaso, el mensaje de la empresa de embutidos tiene que ver con el futuro de los hijos y su seguridad?
En la publicidad no todo está inventado, eso es lo interesante de esta actividad, aunque mucho si puede ser confundido por ser adaptado a algo ya visto o usado en la profesión.
Como lo comentó Octavio Noguez, en su columna “3 casos en que las campañas publicitarias parecen imitar a otras” del 11 de mayo en Merca2.0: “La creatividad es el arma secreta dentro de cualquier campaña publicitaria, sin embargo, algunas de estas parecen haber copiado ideas ejecutadas en otras partes del mundo”.
La gran diferencia radicará en distinguir campañas que sean similares o de plano son copias descaradas, en las que el “copión” espera que su campaña no sea vista por nadie más que su público objetivo original. En la actualidad, esto ya es imposible, las redes y la gran velocidad con la que se transmite la información a nivel global ayuda a encontrar evidencias de plagios de manera muy fácil.
Los ejemplos que pone Noguez en su artículo son muy claros:
La similitud entre los “Santa Claus” de Palacio de Hierro y el de Yorksdale o los comerciales para la Copa América de TyC Argentina y de TV Azteca usando las dos televisoras imágenes del infame Donald Trump.
¿Son copiones o es la misma “musa” que se va paseando por Estados Unidos, Argentina y México inspirando a diferentes “creativos”?
Nadie se escapa al gran ojo de los medios digitales actuales para que la gente compare, pero aún así, nadie evitará que exista el que haga caravana con sombrero ajeno. Desgraciadamente, es una especie que seguirá existiendo, aunque no tengan “musa” que se les acerque.
