Desde antes que comenzaran los Juegos Olímpicos hubo alertas sanitarias con el agua de Rio de Janeiro, aunque al final las autoridades dieron su anuencia para que se realicen las diversas competencias como Natación, Clavados, Vela, y Canotaje.
Ahora, la polémica vuelve a resurgir tras el cambio en menos de 24 horas de la tonalidad de la fosa de clavados del Centro Acuático María Lenk, ya que el lunes era de un azul claro y para el martes cambió a un verde oscuro que provocó desconcierto en los clavadistas y críticas para el Comité Organizador que no supo dar una explicación del cambio.
Tras realizar diversas pruebas, las autoridades de los juegos indicaron que no había riesgo para los atletas. Aunque hasta la tarde del martes aún no tenían una respuesta de qué fue lo que provocó el cambio del color.
Pese a la tonalidad verdosa en el agua de la fosa, se realizaron las finales de Clavados Sincronizados en la Plataforma de 10 metros, en la que las competidoras chinas Chen Ruolin y Liu Huixia ganaron la medalla de oro.
Para los atletas no fue motivo de preocupación por su salud, aunque señalaron que no es común que suceda esto -nunca en unos Juegos Olímpicos-.
El jefe del equipo canadiense de calvados, Mitch Geller, descartó que el agua fuera tóxica, pero recalcó que no es lo ideal. Mientras que las clavadistas Meghan Benfeito y Roseline Filion prefirieron no abrir la boca en el agua “por si acaso”, según reporta la BBC.
El tema es una llamada de atención para los organizadores y el propio Comité Olímpico Internacional pues el tema de la calidad del agua ha sido un tema importante en torno a Rio 2016, pero en el mar y lagunas, no en las pruebas que se desarrollan en piscina.
Este es un problema más que se suma a las críticas que ha recibido la organización de los juegos, como las presentadas por algunos problemas logísticos, la inseguridad, los acabados de muchas instalaciones y la mala organización.
Horas después de las pruebas del martes, el jefe de la delegación de clavados de Canadá señaló en declaraciones a AP, que el cambio de color podría deberse a la presencia de algas, hipótesis que también maneja The New York Times. Aunque esto es algo que aún no se determina.
El asunto llegó hasta la Federación Internacional de Natación (FINA) ente regulador del deporte acuático en el mundo que criticó a los organizadores al enfatizar que es “una obligación del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Río 2016” brindar condiciones de competencia de alta calidad.
En redes sociales varios atletas hicieron notorio el cambio. El británico Tom Daley publicó una imagen en su cuenta de Twitter preguntado qué había pasado.
Ermmm…what happened?! pic.twitter.com/pdta7EpP2k
— Tom Daley (@TomDaley1994) 9 de agosto de 2016