- Un empleado fue despedido despuĆ©s de faltar al trabajo pensando que sus superiores habĆan aprobado su ausencia al responder con un emoji de pulgar hacia arriba.
- La Justicia determinó que los emojis en comunicaciones digitales son subjetivos y no constituyen una manifestación de voluntad inequĆvoca, respaldando asĆ el despido del trabajador que acumuló mĆŗltiples faltas.
- Este caso destaca la importancia de la comunicación clara en el Ômbito laboral y muestra cómo los emojis pueden llevar a malentendidos si no se complementan con una comunicación efectiva.
Un empleado fue despedido luego de faltar a su trabajo a partir de la supuesta aprobación de sus jefes, los que le respondieron enviando el emoji del pulgar hacia arriba (?).
El particular suceso continuó en un enfrentamiento legal que hizo que la Justicia se pronunciara respecto de la utilización de emojis en las comunicaciones digitales y sobre la validez en contextos laborales.
Ocurrió en Argentina, en la provincia patagónica de RĆo Negro.
El Superior Tribunal de Justicia de RĆo Negro, en un fallo inĆ©dito, dijo que la utilización de emojis en comunicaciones digitales es “limitada o relativa” y no conforma una manifestación de voluntad inequĆvoca.
De esta manera, el tribunal falló dijo que el despido del trabajador fue justificado luego de haber acumulado 9 faltas a sus jornadas laborales.
SegĆŗn dice el texto del fallo, el trabajador argentino, previo a ser despedido, habĆa sido objeto de 47 sanciones y habĆa cometido varias faltas injustificadas.Ā
Su situación se volvió mĆ”s grave cuando faltó nueve jornadas en 30 dĆas y buscó justificar las ausencias a travĆ©s de un mensaje de WhatsApp que envió a un telĆ©fono corporativo de la compaƱĆa.
AllĆ fue cuando se produjo el nĆŗcleo de la disputa legal: la respuesta de la compaƱĆa fue el emoji del pulgar hacia arriba, algo que el empleado dijo haber interpretado como la aprobación de sus ausencias, publica La Nación.
A pesar de esto, la CĆ”mara Laboral de la ciudad de Viedma, capital de RĆo Negro, en un comienzo consideró que el emoji del pulgar hacia arriba era equivalente a haber justificado las faltas y rechazó la demanda de la firma por haber despedir al empleado con causa.
El caso del emoji en un despido en Argentina
La empresa apeló el fallo y el caso llegó al Tribunal Superior, instancia que analizó en mÔs detalle la utilización del emojis y la manera en interpretarlo.
Según el fallo, la interpretación de emojis es subjetiva y puede ser variada de acuerdo con la cultura y, en especial, el contexto.
De esta manera, los Ćconos enviados de manera virtual no son una expresión de voluntad con efectos jurĆdicos vinculantes por sĆ mismos.
Para el Tribunal, el emoji del pulgar hacia arriba, en el caso del empleado argentino, sólo fue una constancia de haber recibido la comunicación y no puede ser interpretado como aprobación o conformidad respecto de las ausencias.
El caso en Argentina es diferente a un suceso similar que llegó a la justicia de CanadÔ.
AllĆ, el tribunal reconoció el emoji del pulgar hacia arriba como medio vĆ”lido para sellar un contrato, equiparĆ”ndolo con una firma. Pero en ese contexto, el agricultor que habĆa usado el emoji no habĆa aceptado el contrato, sino que sólo indicó haber receptado la comunicación.
Este caso en RĆo Negro pone de relieve la importancia de la comunicación clara y precisa en el entorno laboral y destaca que el uso de emojis puede llevar a malentendidos y disputas si no se complementa con una comunicación efectiva.
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