El reconocimiento por parte de la Academia de Artes y Ciencias CinematogrĆ”ficas hacia actores, directores y equipos que hacen posible el surgimiento de pelĆculas de primera calidad, es un ejemplo de la influencia que estamos logrando los mexicanos en paĆses extranjeros, particularmente en Estados Unidos, pese al rechazo del hombre mĆ”s poderoso del mundo por todo lo que huela a MĆ©xico.
AƱo con aƱo, la gala de entrega de los premios Oscar se hispaniza cada vez mĆ”s, no sĆ³lo por la cantidad de presentadores de habla hispana que se adueƱan del escenario, sino por el nĆŗmero de mexicanos que resultan nominados y ganadores de la estatuilla mĆ”s codiciada en el mundo del cine internacional. El actor Diego Luna celebrĆ³ en su presentaciĆ³n en la ceremonia que āya se puede hablar en espaƱol en los Ćscar, ya nos abrieron la puerta y nadie nos sacaā.
Desde 2014, por ejemplo, el trĆo conformado por CuarĆ³n, Del Toro e IƱƔrritu se han repartido las estatuillas doradas en la categorĆa de mejor director, sin mencionar el Ć©xito de Emmanuel Lubezki, que tienen en su repisa tres Ćscares por mejor fotografĆa, ni a otros mexicanos nominados en diversas categorĆas.
El Ć©xito de los inmigrantes en territorio estadounidense y la imagen negativa que Donald Trump insiste es el claro ejemplo respecto a que la percepciĆ³n de un individuo no siempre corresponde a la realidad colectiva. En este caso, una percepciĆ³n que tiene el hombre mĆ”s poderoso del mundo con sus peligrosas repercusiones.
El estudio Shifting Public Views on Legal Immigration Into the U.S., publicado por Pew Research Center seƱala que 7 de cada 10 estadounidenses ve con buenos ojos el aumento de inmigraciĆ³n legal en su paĆs. El estudio tambiĆ©n arroja que el 45% de los encuestados tiene conocimiento de que la mayorĆa de los inmigrantes en Estados Unidos estĆ”n en ese paĆs de forma legal.
En materia de comunicaciĆ³n, mercadotecnia y relaciones pĆŗblicas, existe una frase que determina el actuar del consumidor, y alrededor de ella suelen girar las tĆ”cticas y estrategias para cautivarlo: percepciĆ³n es realidad.
En este tenor, la realidad nunca es objetiva, y las campaƱas de comunicaciĆ³n echan mano de esto. Si una marca se logra posicionar de manera positiva en la mente del consumidor, Ć©sta serĆ” mejor que las demĆ”s, (aunque las demĆ”s ofrezcan incluso mejor calidad, precio y servicio). La idea que el consumidor tiene en mente es lo mĆ”s trascendente a la hora de elegir.
La ley de la percepciĆ³n puede entonces utilizarse de manera positiva (como hace la mercadotecnia), pero tambiĆ©n se hace presente como arma de doble filo, cuando un individuo casi omnipotente como Donald Trump percibe que la influencia de los migrantes en Estados Unidos es negativa, a pesar de las evidencias y del aporte positivo de la comunidad latina a un sinnĆŗmero de industrias, incluida la cinematogrĆ”fica. El ejemplo aplica tambiĆ©n para darnos cuenta lo difĆcil que puede ser el cambiar la percepciĆ³n que el consumidor tiene de nuestras marcas, a pesar de evidencias sĆ³lidas.
La situaciĆ³n es el claro ejemplo de la importancia y repercusiĆ³n de la percepciĆ³n que se crea en los tomadores de decisiones, si la percepciĆ³n de Donald Trump sobre los mexicanos es que somos ladrones, secuestradores y violadores, esa es la realidad, a pesar de que los 325.7 millones de migrantes en estados unidos representan un capital humano anual de 314 mil millones de dĆ³lares, equivalentes a 1.9% de su PIB, de acuerdo al ComitĆ© para el Desarrollo EconĆ³mico de Estados Unidos.