Escribo esta colaboración en el estupor de la cuarentena, espero que para cuando leas esto, la pandemia sea ya noticia vieja, y hayamos regresado a la felicidad de nuestra caótica vida cotidiana.
Tras la crisis (COVID-19) que azotó al mundo emocional y económicamente, quienes nos dedicamos a desarrollar experiencias de marca, sufrimos de tortuosos aplazamientos y numerosas cancelaciones que afectaron tanto a nuestras agencias, hoteles, venues, aerolíneas, entertainers y una enorme cadena de proveedores, que derivó en pérdidas económicas inéditas y dolorosas pérdidas de empleos. Como industria tuvimos que parar, poner en “PAUSA” a esta enorme maquinaría, con el fin de salvar vidas, que es y siempre será lo más importante.
Cuando esto pase nos quedarnos con las lecciones aprendidas y ser conscientes de que los eventos irán más encaminados a que las personas sientan que la experiencia les enriquece, les inspira y les transforme.
Creo que tanto las marcas, las agencias y los usuarios, seguiremos buscando la autenticidad en cada acción.
Personalmente espero observar una fuerte y creciente presencia de mujeres valiosas y talentosas en nuestra industria.
Las expectativas del usuario son siempre crecientes en tanto a personalización; no basta con conectar, solo aquellas marcas que puedan crear e innovar en la personalización de las experiencias, serán capaces de sobrevivir en un mundo más competido y más dinámico que nunca.
Los consumidores esperan que las marcas los traten como individuos, no como segmento.
La gente quiere sentirse comprendida y recibir experiencias que se adapten a sus necesidades, lo que aplicado a los eventos significa que los participantes no quieren ser tratados de forma homogénea o como proveedores de datos e información, sino reconocidos como individuos a un nivel emocional mucho más profundo.
No es difícil apostar a que la tecnología jugará un papel fundamental; nuestros esfuerzos deberían enfocarse en conocer cuál es el estado de ánimo del usuario en el momento en el que va a asistir al evento, de esta manera se podrían personalizar las sensaciones través de las experiencias a cada usuario.
La demanda de lugares no convencionales para celebrar los eventos va en aumento, además de elementos y actividades encaminadas a asombrar, a cautivar al usuario; Como sacar de contexto un congreso y celebrarlo al aire libre, lejos de las paredes de un salón de hotel. Innovar en todos los aspectos, será en última instancia lo que aportará más valor, conexión auténtica y un engagement a largo plazo. Cada vez se valorará más que los eventos sean sustentables, incluso creo que en el próximo lustro surgirán las tan necesarias leyes y normas que regulen y marquen los derroteros del cuidado del ambiente y que esto no sea opcional.
Las operaciones éticas y las prácticas sustentables serán uno de los criterios más importantes para los venues en 2024 según el “Annual Meeting Room of the Future report 2019”.
Estamos en el negocio de sorprender, elevemos nuestra capacidad de imaginar, reinventemos juntos nuestra industria.