(Segunda y última parte)
Por Manuel Mandujano
Si cada cien personas tiene o agrega a su uso diez celulares, se incrementa 0.59 por ciento el producto interno bruto (PIB) de un país. Ese efecto directo se debe a que con ello se agilizan las actividades económicas, según descubrió la London Business School (dato de 2006). Aún más, ese incremento puede alcanzar 1.2 por ciento en análisis de la consultora Deloitte (dato de 2007). El resultado indirecto es “por lo menos tres veces más”, según investigaciones de McKinsey & Company y la Asociación GSM en 2006.
Tales impactos llevaron a Nokia a establecer el programa Homegrown, que redefine su visión para fabricar celulares de última tecnología amigables con el ambiente. Cuatro conceptos modelan ese programa: teléfonos hechos de material reciclable, cargadores de cero desperdicio, enfoque en las personas y perdurabilidad del teléfono en vez de su desecho.
Concretar esa visión y convencer al consumidor que la adopte es el “marketing sostenible” de Nokia, como se definió en la Latin America Responsible Business Summit —una reunión de periodistas organizada por el fabricante el 1 y 2 de octubre de 2008 en Panamá—. Revisar los tres últimos conceptos es el objetivo de esta nota, puesto que el primero se examinó en ¿Qué es el marketing sostenible?
Cargador de cero desperdicio
El concepto Zero Waste Charger experimenta formas de reducir el desperdicio de energía generado al mantener conectados los cargadores de los dispositivos cuando la batería está ya lista para usarse. Además, investiga formas de reducir el consumo el celular de 0.50 watts (una laptop consume 300) a 0.15 hacia el año 2010.
Andrew Gartrell, diseñador de Nokia, exhibió un dispositivo que hace la carga eficiente de energía con base en eco-software y utiliza 94 por ciento menos electricidad que el estándar Energy Star. Mencionó que una hora es suficiente para recargar un celular y el resto de tiempo genera desperdicio, al grado que el fluido eléctrico derrochado por los 900 millones de usuarios de teléfonos móviles que existen, es suficiente para dar energía a 100 mil hogares europeos de tamaño medio.
“Sólo se conecta, y el cargador hace el resto; pero no sólo es el aparato, sino hacer que el consumidor lo use porque la suma de impactos es mayor que el impacto individual”, indicó.
Primero las personas
El concepto People first busca desarrollar un dispositivo funcional a partir de los principales aspectos de la comunicación, como lo son el menú de actividades, el tiempo y las personas. Esto va más allá de la tecnología “verde” y Gartrell lo relaciona a la responsabilidad social corporativa (tener un negocio rentable para los inversionistas y a la vez buscar el bienestar colectivo) y a cerrar la brecha digital (75 por ciento de la población mundial no tiene enlace a redes). “Hay que reducir el costo de los dispositivos, un dilema para tener un mundo conectado”, coligió Gartrell.
En realidad, también debe reducirse el costo de la comunicación. Para el caso, Nokia y Nokia Siemens Networks, proveedor de infraestructura para telecomunicaciones, han propuesto “el teléfono móvil de la aldea”, en un modelo de franquicia a cinco dólares mensuales por suscriptor, con el celular incluido. Un proyecto opera ya como Conectando Brasil y los resultados se encuentran en expeditionbrazilconnected.com/new-business.
Usarlo, no desecharlo
El concepto Wears in, Not out investiga la posibilidad de mantener actualizadas las aplicaciones para los celulares de manera digital, sin tener que cambiar frecuentemente de dispositivo. Las aplicaciones serán descargables de internet (lo denominado cloud computing).
Parte de nuestra cultura
Reseñados los conceptos, se entiende el eslogan de la corporación Nokia que reza “el negocio responsable es buen negocio y es parte de nuestra cultura”. Un indicio de por qué es una empresa perdurable.
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Nota: Las fotografías de los teléfonos celulares son cortesía de Pablo Berruecos Vila, de Dash Producción