Por: Carlos Herrero

Al igual que en Estados Unidos, se caracterizarán por las referencias al covid y esperemos que en el mes de junio, al post covid; y por la pugna entre Morena, el
Movimiento (que no partido) fundado por AMLO y prácticamente toda la oposición unida: PAN, PRD y PRI. Esta sola novedad nos traerá elecciones de otro calado, de otra pugna, de otra sensibilidad y desde luego de alto sentido democrático y de país. La experiencia de los dos bloques establecidos no parece la más adecuada porque polariza demasiado al país pero está ahí y representa la realidad. En estas elecciones además se jugará el todo por el todo en los mass media, en las calles pero muy particularmente en las redes y sobre todo en Facebook por su alta incidencia social, su capacidad de formar comunidades y su habilidad para difundir ideas y propuestas.
Facebook seguirá haciendo su papel de red social abierta, horizontal, democrática, inmediata y formadora de comunidades activas. Facebook pondrá a disposición de las diferentes opciones políticas todas sus herramientas y algoritmos. Facebook nos conoce pero no por invasión de datos, sino por análisis de tendencias por los datos que ofrecemos y de los que firmamos un contrato de aceptación de uso. Facebook realiza su papel de red social con la anuencia de sus seguidores. Y muy pocos podrían afirmar que han preferido salirse de ella bajo el dilema barato de abuso de confianza.

Sus 1,600 millones de usuarios en el mundo y 86 en Mexico demuestran ampliamente la aceptación de esta red. Ver a Mark Zuckerberg, su fundador, sentado ante la comisión correspondiente del senado de los Estados Unidos, respondiendo a todas y cada una de las preguntas que se le dirigían, así como aceptando un exceso de confianza en determinadas decisiones muestra la transparencia de Facebook como empresa y como red.
Como siempre, el mejor y único manejo de crisis posible consiste en hablar y explicar con la verdad en la mano. La transparencia es la única forma que ilumina toda situación de crisis que quiera superarse eficientemente. Facebook lo sabe y Zuckerberg lo puso en práctica. En este sentido y partiendo de que el punto inicial de toda comunicación consiste en la explicación de lo que se hace y cómo se hace; conviene que Facebook se adelante a mostrar y a explicar, dentro de los límites de lo adecuadamente público, qué y cómo gestiona las campañas políticas que se le contratan. Porque desde luego se contratan, ya que no es una asociación de beneficencia. En la medida que se adelante a esta explicación transparente confirmará su utilidad para la democracia, para las campañas políticas y para generar confianza en sus millones de seguidores fieles.

Facebook no entra dentro de la perspectiva de dilema, se centra en la realidad de conformar grupos sociales de todo tipo que favorezcan la relación, la convivencia, el intercambio, la conversación. Para ello actúa con Big Data e inteligencia analítica. Por algo sus seguidores están ahí y no dejarán de hacerlo. Por algo, todas las opciones políticas en juego en unas elecciones buscan a esta red social como plataforma fundamental.