Dos mujeres, ocho hombres. Del diez al veinte hay siete mujeres. Cuatro norteamericanos. Tres europeos. Dos orientales: Corea e Israel (Medio Oriente) y un australiano. Ningún iberoamericano. De ellos, nueve, salvo Piketty, consideran la relevancia de la comunicación y de los ecosistemas digitales.
El tema de la comunicación demuestra nuestra capacidad de ser humanos y se constituye como relevante por su sentido y significado. Sentido humano – social y significado para el desarrollo de comunidades más equilibradas, justas, desarrolladas.
Todos ellos analizan las fortalezas y debilidades de la democracia, al mismo tiempo que sus oportunidades y amenazas. Alguno de los pensadores citados, como Sandel, critican seriamente el exceso de confianza en la meritocracia. Resulta complicado proponer el criterio de la búsqueda de una democracia más representativa y funcional. Las últimas elecciones de países como USA, plantean más cuestionamientos que seguridades. Las mayorías formadas por varias decenas de millones ya no se veían paseando por el mundo y hoy, en cambio, son los invitados de lujo.
De la sociedad y su estructura de comunicación, se puede pasar a pensar en un sistema para regirla políticamente. Pero hacen falta muchos análisis, muchas páginas, muchos posts en redes sociales, muchas entrevistas y muchas conferencias para que logremos valorar objetivamente la democracia. Platón y Aristóteles desconfiaban ampliamente de ella y el mismo Cicerón se planteaba muchos elementos más cercanos a la aristocracia.
La comunicación continúa en el análisis del laboratorio de la historia y de la sociedad. Pensamos (lo que nos hace más humanos) y comunicamos (lo que nos corona como seres de una especie y de una sociedad). La comunicación nos permite ahondar en un análisis de muchas circunstancias humanas como los sistemas políticos.
Dedicarse a la comunicación puede parecer el ejercicio de una profesión de sentido común que lo es, o un desarrollo común y natural de transmisión de lo que se hace, que también lo es; o un trabajo sumamente simple para el que sólo se requiere una preparación básica. Y sin embargo, se conquistan mercados, se da la vuelta al retorno de inversión de productos y servicios y se ganan elecciones presidenciales comunicando.
Los políticos de corte populista lo saben y lo demuestran mejor que nadie. Su narrativa, empatía y dedicación en la comunicación arrebata multitudes. Su versión de la retórica política ha sufrido una impactante metamorfosis. Los relatos de datos y propuestas han dejado su espacio a alocuciones empáticas de carácter emocional que canalizan el complejo, el sufrimiento, el hartazgo, la humillación y hasta la historia.
La filosofía recorre un momento aceptable y llamativo. Los diez pensadores de la lista propuesta por ‘El País’, lo demuestran y confirman. Y reclama la importancia de la comunicación a todos sus niveles.
La adulteración o edulcoramiento de la comunicación consiste precisamente en rebajar su relevancia. Las carreras de comunicación están llenas de estudiantes que no saben qué otros estudios realizar. En España, en 2024 cerraron sus puertas ocho facultades de periodismo. El TEC de Monterrey, pionero en esta materia, clausuró el año pasado su carrera de periodismo. El periodismo ha dejado de ser rentable para las universidades públicas y privadas. Y eso significa que la sociedad perderá también en rentabilidad democrática.
La rentabilidad de lo verdaderamente humano se encuentra en crisis y hay que definirlo. No sólo en lo que se refiere a comunicación política sino también en comunicación empresarial, institucional, social. Desde las diferentes ópticas presentadas por estos autores reconocidos, la comunicación resalta como un elemento de capital importancia para el desarrollo de la sociedad y de la democracia.
¿No nos hará falta algo más de pensamiento crítico y propositivo, y ubicar mejor nuestro pragmatismo?