Pepsi anunció este lunes la adquisición de SodaStream, una empresa que fabrica máquinas para producir refrescos en casa, por 3 mil 200 millones de dólares.
La empresa buscará la compra de la empresa en un intento por sumar consumidores en un mercado que está buscando opciones de compra sustentables y menos dañinas para la salud.
Fundada en Reino Unido en 1903, SodaStream era un dispositivo codiciado en las cocinas británicas en los años 70 y 80, ya que permitía a los clientes fabricar bebidas gaseosas añadiendo jarabes con sabor al agua carbonatada, pero ha ido perdiendo popularidad a medida que los refrescos se volvieron más accesibles.
La empresa con sede en Israel ahora se centra en convertir el agua en agua gasificada para aprovechar una tendencia de consumidores más conscientes de la salud y el medio ambiente.
Pepsi pagará 144 dólares por acción de SodaStream en efectivo, lo que representa una prima del 10.9 por ciento con respecto al precio del cierre de los papeles de SodaStream el viernes en Estados Unidos y una prima del 32 por ciento a su promedio de 30 días.
La refresquera estadounidense informó que la operación, aprobada por unanimidad por los directorios de ambas firmas, se espera se cierre en enero de 2019.
De acuerdo con diversos analistas, la compra de Pepsi es otro paso en su apuesta por “promover la salud y el bienestar a través de bebidas rentables, divertidas y amigables con el medio ambiente”.
Las especulaciones sobre la compra de SodaStream por parte de Pepsi o Coca-Cola surgieron hace años. La empresa se promocionaba como una alternativa más ecológica a las bebidas embotelladas convencionales y, por lo tanto, una amenaza para los grandes productores.
Pero la idea de crear refrescos en el hogar tuvo un éxito limitado. A lo largo de los años, muchos usuarios han utilizado SodaStream sólo para producir agua con gas, sin los jarabes con sabor que vende.