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Michoacán es uno de los principales productores de limón.
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El precio del limón en supermercados de la Ciudad de México oscila entre los 50 y 60 pesos.
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El limón aporta grandes beneficios como la Vitamina C.
En las últimas semanas los limones se han vuelto protagonistas, en especial ante los altos precios que han experimentado, tan sólo de julio a agosto registró un incremento del 7 por ciento. En estos días, los consumidores mexicanos han tenido que pagar desde 50 hasta 90 pesos por kilo, cuando el precio regular se ubicaba entre los 30 y 35 pesos. Dentro de los sectores más afectados por este incremento se encuentran los restaurantes y por supuesto las familias mexicanas.
Pero esta crisis de limones no es solamente en México, de hecho el dueño de un restaurante de mariscos en Perú denunció que tras comprar un costal de limones para su negocio se llevó la sorpresa de que estaba mezclado con manzanas verdes.
En nuestro país, la primera quincena de agosto 2023 diferentes productos reportaron alzas como el jitomate y la cebolla -y por supuesto los limones-, mientras que la papa, el chayote, el aguacate, los ejotes, la naranja y el chile serrano presentaron una variación quincenal a la baja. Siendo los estados de Chiapas, Campeche, Tlaxcala, Oaxaca y Veracruz los más afectados por altos precios.
Y es que si bien la inflación se ha desacelerado, los precios de muchos alimentos continúan siendo un problema para los hogares mexicanos, lo que ha provocado que aunque los consumidores van más veces al supermercado, ahora compren menos, de acuerdo con información de Kantar.
La inflación de alimentos es un tema que preocupa a países de América Latina, en especial por los desafíos socioeconómicos que provoca. Claro que hay factores clave que generan un efecto dominó como el cambio climático, las sequías, la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otros.
Esta situación ha orillado a mexicanos a tomar medidas, y es que los hogares que atraviesan dificultades económicas han aumentado en los últimos meses, por lo que la mayoría se han visto obligados a pedir préstamos, siendo la inflación lo que más ha contribuido en este deterioro económico. Incluso, los cambios en hábitos alimentarios se han reflejado en los hábitos de compra, pues hoy en día no solamente el consumidor prefiere productos en oferta o de low cost sino que también ha reducido el consumo de productos frescos como carne y pescado, y en consecuencia incrementado el consumo de productos envasados o congelados, sobre todo por su larga duración.
Actualmente, de acuerdo con el estudio Radiografía del Consumidor Mexicano 2022, el 41 por ciento de la población dejó de comprar ciertos productos, mientras que el 32 por ciento comienza a seleccionar las marcas con precios bajos. Aunque con esta situación, marcas y productos nacionales tendrán la oportunidad de crecer, sobre todo ante el planteamiento de apoyar a la “economía local”.
Finalmente, la inflación en México continuó a la baja en agosto y ligó siete meses desacelerándose ubicándose en 4.64 por ciento anual, su menor nivel en dos años y medio, pero con retos hacia delante que pueden entorpecer su camino hacia el objetivo del Banco de México (Banxico) de 3.0 por ciento.
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