• De acuerdo con Statista, Pemex rápidamente ha perdido en su número de empleados desde 2014

• Aunque las ventas netas de la paraestatal se desplomaron a un mínimo en 2016, parecen estarse recuperando poco a poco

• En cifras del Banco Mundial, la paraestatal tendría que pagar 226 mil 500 millones de dólares en bonos de carbono para compensar su impacto en las últimas cinco décadas

En términos generales, Pemex es una compañía controversial en México. Su administración no solo ha sido errática en el transcurso de los últimos años. En muchos sentidos, se ha vuelto un reflejo de la administración en turno. Hace solo unos días, se anunció que la empresa federal podría estar considerando “expropiar” un pozo petrolero descubierto por Estados Unidos (EEUU). Asimismo, y a pesar de su cambio de imagen, perdió la credibilidad del mercado.

Más allá de la imagen de Pemex en México, la paraestatal también se ha forjado un nombre no tan positivo antes el resto del mundo. Reuters la ha pintado en otras ocasiones como una compañía que no convence a la industria con sus decisiones de negocio y que requiere del rescate gubernamental para subsistir. The Business Times recuerda que sus ejecutivos no siempre tienen la mejor reputación, mientras que Forbes reafirma el escepticismo global.

Así pues, es claro que Pemex tiene una clara crisis de marca, tanto en México como en el mundo. Por supuesto, puede que en términos generales no signifique mucho este problema. Al final, tiene el monopolio de uno de los recursos naturales más valiosos y consumidos en el país. Sin embargo, sus fallos representan una mancha tanto para el país como para los gobiernos a su cargo. Ahora, la paraestatal puede presumir un nuevo “logro” en su libro.

Pemex, responsable del 1.67 por ciento de la contaminación global

Un artículo de The Guardian dio a conocer que 20 compañías son responsables de hasta el 35 por ciento de las emisiones de carbono en todo el mundo desde 1965. En más de cinco décadas, estas empresas han emitido en conjunto unos 480 mil millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente a la atmósfera. En la lista se encuentran varias marcas tanto privadas como estatales. Entre ellas, la orgullosa compañía de gobierno mexicana, Pemex.

En los estimados del medio, Pemex ha emitido 22 mil 650 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente en el transcurso de los casi 50 años analizados entre 1965 y 2017. Esto equivale al 1.67 por ciento de la cifra total registrada a escala global. En la cima se encuentran empresas como Chevron, Exxon, BP y Shell. En conjunto, estas cuatro marcas poseídas por agentes privados abarcan más del 10 por ciento de las emisiones contaminantes del mundo.

¿Corre riesgo la reputación de marca de Pemex?

Buena parte de las marcas que acompañan a Pemex tienen sus propias controversias de marca. Saudi Aramco, la compañía que más emisiones genera en todo el mundo según The Guardian, sufrió un ataque con drones hace unas semanas. Petróleos de Venezuela, parte del gobierno de Maduro, ha sido instrumental en la implementación de la criptomoneda estatal Petro. Chevron y Shell, por su parte, se han ganado la enemistad de Profeco en México.

Este es un duro golpe para Pemex. Hoy en día, uno de los objetivos de responsabilidad social corporativa más importantes en todas las empresas es el cuidado del medio ambiente. Y la forma más visible de reducir el impacto ecológico de las empresas es, precisamente, reducir las emisiones de carbono. Es evidente que no solo la marca paraestatal no está realmente en busca de reducir su impacto. Además, es de las peores causas que tienen un efecto negativo.

Pero, de nuevo, no hay mucho que Pemex tenga que preocuparse en términos de marca. La compañía todavía tiene el monopolio de la gasolina y, conforme a lo que se ha visto de la actual administración, no se abrirá mucho más a la competencia externa. Incluso antes de esta revelación, las calificadoras globales ya consideraban que su atractivo crediticio y de inversión era casi nulo. Realmente, ser de las marcas más contaminantes es su menor preocupación.