- El articulo fue elaborado por El Financiero, en él se explica que se omitió decir que el esfuerzo de Patria nació en Nueva York
- En noviembre de 2020 la revista médica The Lancet publicó los primeros resultados de la codificación de la proteína S del virus SARS-CoV-2,
- Sin embargo, esto no fue revelado por ninguna de las autoridades mexicanas: ni por el Conacyt, ni por la Secretaría de Salud (SSa), ni por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pese a lo que se dijo durante la conferencia mañanera acerca de que la inmunización mexicana sí contaría con el trabajo de científicos extranjeros, no se precisó que en realidad el concepto no nació en México sino en Nueva York, Estados Unidos. La noticia no ayuda a la reciente construcción de imagen del producto, pues al presentarse como un logro mexicano deja mucho que desear que trascienda que la idea del concepto es estadounidense.
El Gobierno de México presentó la mañana de ayer la vacuna nacional contra la COVID-19, nombrada “Patria”, destacando que es un esfuerzo de científicos mexicanos, principalmente. Sin embargo, lo que no se mencionó es que la vacuna en realidad surgió en Nueva York, Estados Unidos, como una investigación que podría otorgar un inmunizador para “economías emergentes”.
El martes 13 de abril, el Gobierno de México anunció el inicio de los estudios clínicos de la vacuna mexicana contra la COVID-19, llamada “Patria”, que espera concluir y aprobar entre noviembre y diciembre de 2021.
Patria no es un esfuerzo mexicano
De acuerdo con el diario El Financiero, a pesar de que la titular del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvares-Buylla, señaló que la creación de una vacuna mexicana hará que se “recupere la soberanía en producción de vacunales”, la realidad muestra que el biológico no nació en México, sino en la escuela Icahn de Medicina de Mount Sinai.
El texto firmado por el periodista Amilcar Salazar Méndez detalló que en noviembre de 2020 la revista médica The Lancet publicó los primeros resultados de la codificación de la proteína S del virus SARS-CoV-2, lo que expusieron como “el primer paso para la creación de una vacuna para economías emergentes”.
El primer paso de dicho proyecto fue liderado por Weina Sun, Florian Krammer, Adolfo García-Sastre y Peter Palese. Cabe resaltar que en la presentación que hizo el Conacyt sobre “Patria”, se mencionaron los nombres de los tres científicos hombres, pero hasta ahora no se incluyó a Weina Sun.
“De acuerdo con The Lancet, estaría siendo planificada como una vacuna de bajo costo y fue con la firma especializada en veterinaria, el Laboratorio Avi-Mex S.A. de C.V. , con quien se habría signado un acuerdo para las pruebas”, ahonda el diario de circulación nacional.
Sin embargo, esto no fue revelado por ninguna de las autoridades mexicanas: ni por el Conacyt, ni por la Secretaría de Salud (SSa), ni por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Financiero destacó que se habrían invertido 15 millones de pesos de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), así como 135 millones de pesos del Conacyt, con “un ahorro de hasta 855 por ciento”.
Camino a las dudas
De no generarse una estrategia adecuada de comunicación, la vacuna podría generar dudas entre los usuarios mexicanos, que ya han visto como otras inmunizaciones funcionan y le tienen confianza. En lo que puede definirse como un tropiezo de la estrategia de construcción de imagen, el trabajo de los mercadólogos debe centrarse en cómo llevar a cabo la empresa.
No podemos olvidar que el mercado de las vacunas es de índole particular , donde el consumidor no elige la marca, ni cuándo ni dónde va a ‘consumirla’. Pero sí se puede tomar el ejemplo las actividades que las marcas de vacunas actuales han realizado para generar confianza en el consumidor , Pfizer es por mucho la más adelantada en ello y los buscadores en internet lo evidencian, le sigue AstraZeneca, aunque su popularidad de búsquedas en esta ocasión se relaciona con eventos trombóticos y por último, más lejos viene Moderna quienes han empleado sus recursos para hablar sobre su efectividad luego de los primeros seis meses de colocada la segunda inmunización.
Uno de los principales activos de las empresas es su marca, y todo esto que está pasando seguro tiene y tendrá mucho que ver con la confianza hacia esas marcas, más allá de las vacunas.
¿Cómo fomentar esa confianza? Son 3 los factores, las “íes”, que contribuyen a la confianza: Integridad, identificación e inclusión.
Por ello, si la inmunización mexicana pretende ingresar a este extraño mercado no deberá olvidar estos puntos y tampoco lo que ocurre con AstraZeneca que se halla ahora en una profunda revisión de la bondad de su producto, pese a ser una marca nueva para muchas personas, en contraposición a las que además llegaron antes: Pfizer (muy conocida por, entre otras, Viagra) y Moderna (realmente fácil de recordar) y que ha descuidado su imagen con el tema de los trombos.
Ahora lee: