Por Guillermo Pérezbolde
@gpbolde
No podemos negar que el Social Media está de moda, de hecho en tan solo unos meses se ha convertido en un fenómeno mundial al que empresas, organizaciones y gobiernos quieren pertenecer de inmediato, pero es precisamente ante esta euforia donde debemos preguntarnos: ¿Cómo debo manejar un perfil corporativo?
Hoy en día contar con un perfil personal en Facebook es casi obligado en el rango de edades de entre 17 y 42 años, ya que de lo contrario estaríamos segregados de la información de nuestro entorno social, y salvo en algunas raras excepciones prácticamente todos los amigos, vecinos, pareja y familia están ahí interactuando, compartiendo su vida y comentando la de los demás.
Yo me atrevo a pensar que Facebook ya forma parte de la cultura popular moderna, no solo por la cantidad de gente que está ahí, sino por los contenidos tan variados que los mismo usuarios comparten y distribuyen.
Ok, pero regresando a las empresas, vale la pena aclarar que manejar un perfil corporativo en cualquier Red Social e incluso un blog es diametralmente opuesto a lo que se hace con uno personal, por dos razones principales: Continuidad y coherencia.
Continuidad
Si en mi blog personal o en Facebook no publico nada en 3 o 4 días, realmente no pasa nada y lo más que puede suceder es que algún contacto me pregunte la razón de mi ausencia; pero en un perfil corporativo sucede lo contrario, tenemos la obligación con la audiencia de darles lo que les prometimos al momento de que nos empezaron a seguir.
Hay muchas razones por las cuales las personas siguen a una marca en Redes Sociales, pero algunas de las más comunes son el interés por misma, estar al día con las promociones, conocer fechas de próximos lanzamientos, etc. Y en general un usuario sigue a una marca por el contenido de valor que esta le puede dar, de tal forma que si no obtiene lo que se suponía debía recibir, sin remordimiento dejará de seguirla y tendrá que pasar algo extraordinario para que vuelva a seguirla de nuevo.
Coherencia
Me he topado sobre todo en Twitter con cuentas corporativas que por las mañanas escriben de tú y por las tardes de usted, o algunas que en el día publican contenido relevante a la marca y en las noches cuentan chistes o el peor de los casos es cuando el Community Manager tiene sus cuentas corporativas junto con sus cuentas personales y confunde lo que publica en un lado o en el otro.
Este tipo de situaciones le quitan validez al contenido, ya que poco a poco va perdiendo valor ante el usuario, ya que o confunden y por lo general terminan con un “Unfollow” o un “Ya no me gusta”
Ante esto es de vital importancia considerar varios factores antes de empezar a publicar: El estilo que voy a utilizar, los temas que voy a abordar, el volumen de contenido y por supuesto la frecuencia con la que voy a publicar.
También es importante observar que cada perfil es diferente entre sí, y tiene sus propias consideraciones, el ejemplo más claro es el de Facebook y Twitter que son completamente distintos comenzando porque el primero permite ingresar 420 caracteres y Twitter sólo 140.
Si una empresa tiene dudas en como utilizar un perfil corporativo, lo mejor será que NO empiece a publicar y espere hasta que tenga la asesoría de un profesional, ya que de lo contrario el Social Media se le puede convertir en un problema en lugar de en una solución.
El contenido que no se comparte, pierde por completo su valor