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De acuerdo con Twitter, esta nueva funciĂłn para prevenir fake news de la COVID-19 se seguirĂĄn mejorando a futuro
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SegĂșn el cuadro de amonestaciones de la red social, solo se removerĂĄn los tweets con informaciĂłn engañosa muy peligrosa
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Pero aquellas publicaciones que hagan declaraciones que aĂșn no se puede confirmar o desmentir no serĂan penalizadas
Uno de los mayores desafĂos de la pandemia de la COVID-19 es la diseminaciĂłn de fake news sobre la enfermedad. Se trata de un problema particularmente grave para las redes sociales, que desde siempre han sido el canal ideal para esparcir informaciĂłn engañosa rĂĄpidamente. En ese sentido, muchas de estas plataformas han tratado de reforzar sus esfuerzos para poner un alto a este fenĂłmeno. En su arsenal se ha presentado de todo, desde filtros hasta anuncios.
En el caso de Twitter, su mĂĄs reciente arma contra las fake news de la COVID-19 es una nueva etiqueta de contenido. A travĂ©s de su blog oficial, la red social compartiĂł esta nueva funciĂłn enfocada especĂficamente a informaciĂłn engañosa o peligrosa sobre la pandemia. Cada que su algoritmo detecte una publicaciĂłn que potencialmente entre en esta categorĂa, ocultarĂĄ por default el contenido. AdemĂĄs, presentarĂĄ un link a una pĂĄgina propia con datos confiables.
No todas las publicaciones con informaciĂłn riesgosa serĂĄn sujetas a esta etiqueta. TambiĂ©n se presentĂł un cuadro donde Twitter detallĂł el tipo de acciones que tomarĂĄ contra cada post, con base en la severidad de sus posibles repercusiones y su grado de falsedad. La compañĂa dijo que detectarĂĄ las publicaciones engañosas sobre la COVID-19 con la ayuda de aliados y sus sistemas de monitoreo. El proyecto funcionarĂĄ similar a su polĂtica de contenido manipulado.
La infodemic de la COVID-19
Si bien ya pasaron varias semanas desde que iniciĂł la pandemia, la desinformaciĂłn en torno a la misma continĂșa expandiĂ©ndose. Varios profesionales de la salud en la primera lĂnea de lucha contra la COVID-19 lanzaron una carta para exigir a las redes sociales hacer mĂĄs para frenar el fenĂłmeno. En su Ășltima campaña publicitaria, el New York Times se enfocĂł en este desafĂo. Y hasta agentes como Bill Gates se han visto gravemente afectados por los rumores y mitos.
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En tĂ©rminos de protecciĂłn a los usuarios, la iniciativa de Twitter es un paso adelante. Mucha gente tiende a desestimar fuentes confiables y organizaciones oficiales en temas graves como la misma COVID-19. Por ello, hay quienes creen que lo que circula en redes sociales es mĂĄs creĂble y confiable porque viene directamente de otras personas. En ese sentido, colocar estas intervenciones directo en estos canales digitales es una forma de paliar un poco el fenĂłmeno.
Por otro lado, parecerĂa que es una acciĂłn insuficiente para detener las fake news sobre la COVID-19. Como siempre que se trata de moderaciĂłn de contenido, Twitter debe de caminar por la delgada lĂnea entre la responsabilidad social y la libertad de expresiĂłn. Pero en un tema tan delicado como es esta enfermedad, tal vez es necesario ser mĂĄs proactivo y estricto. No solo limitarse a tapar y hacer advertencias, sino a activamente eliminar los posts engañosos.
Fake news: Un problema mĂĄs grande
Por supuesto, serĂa iluso pensar que la COVID-19 fue el evento que desencadenĂł una ola de desinformaciĂłn en redes sociales. Desde hace meses que la industria lidia con este fenĂłmeno. Marcas como CampofrĂo llevan meses tratando de concientizar a sector sobre el peligro de las fake news. Empresas como Facebook tambiĂ©n se dedicaron a realizar millonarias donaciones para apoyar a aliados especialistas en detectar, desmentir y eliminar ese tipo de publicaciones.
Lo que sĂ es cierto es que las fake news en torno a la COVID-19 han dado un nuevo significado a su peligrosidad. Como lo señalan las mismas Naciones Unidas, este fenĂłmeno realmente ha puesto la vida de millones en riesgo, sugiriendo âcurasâ falsas que pueden generar un daño aĂșn peor. Boehringer Ingelheim reafirma que la comunidad cientĂfica trabaja arduamente para desmentir los mitos comunes. Y segĂșn The Conversation, ya afecta a la libertad de expresiĂłn.