-
De acuerdo con The Diplomat, el sector de tecnología en China produjo 34 startups valuadas en mil mdd entre 2014 y 2017
-
Por otro lado, las marcas en su contraparte de EEUU generaron más de 200 mil empleos solo en 2017, según Business Facilities
-
A escala global, en estimados de Statista, el mercado tendría un valor de 3.360 billones de dólares para finales de 2019
La guerra comercial entre Estados Unidos (EEUU) y China ha tenido una serie de efectos negativos para varios agentes del entorno. Economías como las de México, Japón y Corea del Sur se han visto afectadas en varios aspectos clave de sus mercados. Regiones enteras hasta podrían caer en un periodo de desestabilización financiera en el corto plazo. Pero quienes más han sufrido por los enfrentamientos entre Washington y Beijing son, sin duda, las marcas.
Éste no es un fenómeno que solo se ha notado entre los medios mexicanos. De hecho, varios agentes relevantes del entorno internacional han comentado sobre los sufrimientos de las marcas internacionales a raíz del conflicto China-EEUU. El SCMP apunta que las sanciones americanas en Asia también afectan a empresas occidentales con operación local. CNBC apuntaba en agosto que el sector electrónicos ya había perdido 10 mil millones de dólares.
Por supuesto, las afectaciones no terminan ahí. Es cierto que hay un gran número de marcas se han visto afectadas por los efectos secundarios de las decisiones de Washington. Como la incapacidad de FedEx para operar de adecuadamente sus cadenas de entrega globales. O bien, los mayores costos que podría enfrentar Apple para el ensamblaje de sus dispositivos. Pero quienes más han sufrido son aquellas empresas en la lista negra de EEUU, como Huawei.
Nuevas marcas se suman a la lista negra
La tecnológica china pronto tendrá más compañía en la infame lista del gobierno de Trump. De acuerdo con AP, EEUU agregará a varias marcas de tecnología a este documento, lleno de organizaciones que actúan en contra de “los intereses extranjeros del país”. El Departamento de Comercio norteamericano señaló la acción aplicará a empresas expertas en Inteligencia Artificial (IA) y reconocimiento facial. ¿Su falta? Atentar contra Derechos Humanos (DDHH).
Según la organización federal, las marcas penalizadas ponían su tecnología a disposición del gobierno de China. Posteriormente, Beijing utilizaba sus avances para ejecutar acciones de represión en contra de los grupos de minorías musulmanes. El secretario de Comercio, Wilbur Ross, señaló que “no soportaremos esta brutal opresión de los pequeños grupos étnicos”. Entre las afectadas se cuentan Hikivision y Dahua, ambas especializadas en video-vigilancia.
¿Verdadera defensa de los DDHH?
No es la primera vez que China o EEUU utilizan varios órganos de su gobierno federal para impulsar su guerra comercial. Hace unos meses, Beijing armó su propia lista negra para responder a los esfuerzos de Washington. Trump pidió ayuda al Pentágono, meses después, para encontrar recursos alternativos para los que dejaría de recibir de Asia. Y hace solo unas semanas, Xi Jingping impuso supervisores federales a un centenar de empresas de tecnología.
Ya desde hace tiempo se ha establecido que las tecnologías de IA, en especial aquellas de reconocimiento facial, pueden ser un gran peligro para las libertades de la ciudadanía. En una ocasión, el sistema de Apple llevó a un inocente a la cárcel. En las ciudades donde se ha probado, incluida Londres, su recibimiento de parte de la población no es muy positivo. Hasta marcas como Microsoft se han visto forzadas a rechazar jugosos contratos a favor de DDHH.
Al mismo tiempo, es sospechoso el contexto del nuevo bloqueo de EEUU a China. Es claro que, aunque los DDHH son importantes y ciertamente tuvieron un papel en la decisión de agregar estas marcas a la lista negra de Washington, no son el factor principal. Todo el mundo sabe que tanto Trump como Jingping están dispuestos a jugar tan sucio como sea posible. No solo para herir la economía de su rival y forzarles a firmar un acuerdo benéfico para sí mismos.
También es claro que están dispuestos a llevarse todas las marcas que sean necesarias para este objetivo, ya sean extranjeras o nacionales. Algo que toda la industria debería temer.