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A lo largo de los años, varias personas y agentes han acusado a McDonald’s de ser complaciente ante el acoso dentro de su marca
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En respuesta, la cadena de comida rápida ha creado nuevas políticas de comportamiento, así como una línea rápida para hacer reportes
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También, como parte de su compromiso por un mejor espacio de trabajo, despidió a su ex-CEO por sostener una relación inapropiada
Parece que McDonald’s está tomando medidas más proactivas para lidiar con las críticas sobre la violencia en muchos de sus restaurantes. De acuerdo con Bloomberg, la cadena de comida rápida empezará a exigir a sus locales, tanto las franquicias como los que administra directamente, tendrán nuevos requisitos. En específico deben llevar a cabo cursos anti-acoso con los empleados, así como implementar medidas para prevenir la violencia en el trabajo.
Se espera que los 39 mil restaurantes que tiene la marca en el mundo sean contemplados para el proyecto. Las nuevas medidas anti-violencia se empezarán a ejecutar a partir de enero de 2022. Además de los cursos y los protocolos, también se harán revisiones periódicas donde se considere la retroalimentación de los empleados. La nueva iniciativa parte de las constantes acusaciones contra McDonald’s por permitir ambientes de trabajo tóxico en sus sucursales.
El actual CEO del restaurante, Chris Kempczinski, habría escrito un memorándum a todos los empleados delineando este proyecto. Bloomberg dice que, en la carta, el líder de McDonald’s reafirmó el compromiso de la empresa para alcanzar altos estándares de trabajo de una forma consistente. Asimismo, apuntó que se necesita de un “sistema establecido para lidiar con nuestros fallos inmediatamente”. También reafirmó el compromiso de la marca con la equidad.
¿Serán suficientes las propuestas de McDonald’s?
Aunque el proyecto de la cadena de comida rápida tiene buenas intenciones, es incierto si vaya a tener los resultados que se buscan. En general, parece que los programas y cursos de entrenamiento anti-acoso no son particularmente efectivos. De acuerdo con un estudio de la Michigan State University, parece que la mayor parte de las iniciativas de entrenamiento, por sí solas, tienen efectos limitados. Algo que podría afectar los resultados de McDonald’s a futuro.
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En este punto, agentes como Compli están de acuerdo que el entrenamiento no basta para eliminar el acoso en el entorno de trabajo. Además de los cursos, se requieren políticas claras, que respalden los directivos superiores de la organización. Por lo que comparte McDonald’s, al menos en apariencia parece que estos factores ya están establecidos. Pero también es crucial tener un sistema de reporte que no vulnere a las víctimas ni deje impunes a los culpables.
Justo aquí podría ser que McDonald’s tenga más problemas. Es evidente que todavía no se ha logrado crear un sistema efectivo que lidie con el acoso de forma interna. De acuerdo con el New York Times, desde 2019 que se estaban presentando demandas legales contra la marca por varios incidentes de carácter sexual. Considerando que, según Insider, se presentaron dos nuevos litigios en enero pasado, es claro que la marca de comida rápida no ha logrado mucho.
Otros problemas de acoso en el mercado
Desafortunadamente, no se trata de un problema que sea único a McDonald’s. En general, es evidente que el entorno corporativo global parece fomentar y alentar incidentes de acoso en el trabajo. Hace poco más de un año, el abogado de Google tuvo que renunciar a su puesto. Si bien rechazó todas las acusaciones, se le señaló múltiples veces por incidentes de naturaleza sexual. El único castigo corporativo que recibió, sin embargo, fue no recibir su compensación.
Tampoco se trata de un fenómeno que solo afecte a empresas de Estados Unidos (EEUU). Al igual que en McDonald’s, parece que TV Azteca tiene una cultura donde prevalece el acoso en varios niveles. Múltiples empleados de esta organización, así como otras marcas de Grupo Salinas, salieron en marzo pasado a denunciar múltiples incidentes de carácter sexual. Cada una de las acusaciones, por supuesto, tenía una relación de poder entre acusado y víctima.