El home office es una alternativa viable para las empresas en México, siempre y cuando cuente con la asesoría de gente experimentada en procesos organizacionales y en Tecnologías de la Información y la Comunicación, para poder brindar a los colaboradores las herramientas necesarias para ejecutar sus labores. Esta es una de las conclusiones del estudio denominado Impacto del home office en los colaboradores de México durante la cuarentena provocada por la COVID-19, realizado por investigadores de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la UNAM, encabezados por el Mtro. Arturo Rocha Paz.

El estudio apunta también que el home office o teletrabajo ha resultado ser una alternativa viable para colaborar en algunas de las organizaciones y empresas en México tras la contingencia; sin embargo “no debe significar un cambio brusco en el entorno organizacional, ya que los colaboradores deben someterse a un proceso de adaptación a esta modalidad de trabajo”. Su implementación -agrega- debe estar basada en una metodología procesada en la que se diagnostiquen las verdaderas necesidades de cada una de las organizaciones para validar qué actividades se pueden realizar de manera remota, cuáles de manera parcial y qué otras no pueden ser consideradas para ello por su propia naturaleza.

El documento agrega que se debe estar consciente de que no todos los resultados han sido positivos en la implementación del home office como alternativa de colaboración en diferentes empresas en México. Que la propia contingencia ocasionó reducción de salarios y despidos durante este periodo; sin embargo, “de acuerdo con las experiencias recogidas de los informantes durante esta investigación es un hecho que es una alternativa viable y que las empresas deben comenzar a considerarla como una verdadera opción siempre y cuando se tengan los recursos necesarios para su ejecución”.

En general, el home office representó para las empresas un gran apoyo para seguir operando. De no haber contado con este recurso, muchas empresas se hubieran detenido por completo su operación. El trabajo a distancia se ha dado en diferentes circunstancias:

– En las empresas que ya tenían antecedentes con el trabajo a distancia

– En las compañías que lo podían realizar de manera parcial

– En las firmas que no conocían esta modalidad

– En las empresas que por las características de su trabajo no pueden operar en esta forma, sino adoptar este esquema en forma marginal.

En México, así como hay empresas que desde su fundación han trabajado así, como algunas del ramo tecnológico, hay otras que apenas descubrieron la posibilidad de implementarlo y algunas que, por la naturaleza de su negocio, de plano no tienen esa opción.

Considerar el home office como una alternativa laboral viable no será una tarea fácil que se pueda realizar de un día para otro. Su implementación requiere de diferentes variables como las herramientas de trabajo, la salud física y mental de los colaboradores y la cultura organizacional que impere en la empresa.

Otra de las variables a considerar para la implementación de esta modalidad es el contar con psicólogos laborales que acompañen los procesos de los colaboradores, pues estarán expuestos a diferentes riesgos psicosociales. “Si no se cuenta con un departamento o un área dedicada a ello, las empresas pueden acercarse con organizaciones que tienen como objetivo este tipo de tratamientos de manera gratuita o con costos accesibles”. En este punto las empresas deben tomar en cuenta las exigencias de la NOM-035.

También apunta el estudio, que “se requiere generar aportes y conocimientos a una nueva cultura organizacional post-pandemia. Una cultura que requiere de la participación de todos los colaboradores que conforman una organización y que deben plantearse una relación “ganar-ganar” para que tanto colaboradores como directivos se vean beneficiados con la implementación del home office.

La pandemia propició un avance considerable en materia de implementación y ejecución de una forma de trabajo, que si bien no es nueva, “no tenía gran desarrollo en México, en donde prevalece un estilo organizacional clásico”, concluye el estudio de marras.

Las nuevas generaciones de investigadores y estudiantes de la comunicación organizacional se enfrentarán a nuevos retos al tener como objeto de estudio organizaciones y empresas en las que las tecnologías de la información y la comunicación estén cada vez más involucradas en las acciones diarias que deben realizar las empresas para su subsistencia y desarrollo.

La comunicación efectiva refrenda su papel como una condición indispensable para la operación de todo tipo de organizaciones, pues es la base de la interacción entre éstas y sus stakeholders. La modalidad del trabajo remoto resulta una alternativa viable para ello.