La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada para la Defensa de los Estados Unidos (Defense Advanced Research Projects Agency, DARPA) hizo públicos esta semana una serie de proyectos que forman parte de un plan de cinco años y US$ 2.000 millones para avanzar en una nueva fase en Inteligencia Artificial (IA).
La DARPA (antes ARPA), una agencia no militar, es la misma que sentó las bases de las redes de lo que luego fue Internet. Sus desarrollos, con fuerte apoyo estatal, fueron clave para los avances de los Estados Unidos en el mundo de los satélites y los robots, por ejemplo.
Los proyectos en IA avanzan en dos aspectos en los proyectos estadounidenses: por un lado, en dar “sentido común” a las máquinas (para que aprendan más rápido y usando menos datos); por otro, en desarrollar chips que se puedan reconfigurar para desbloquear nuevas capacidades de IA.
Estos avances a partor del respaldo de fondos del gobierno de Donald Trump serán vitales luego (como pasó con Internet) para que las compañías privadas le den continuidad y, además, para las marcas, que podrán aprovechar algunas de las ventajas.
Michael Kratsios, subjefe de Tecnología de la Casa Blanca, dijo en la presentación de los proyectos que los esfuerzos de la agencia son una parte importante del plan del gobierno de Trump para mantenerse a la vanguardia en IA.
La idea es inyectar más fondos para que los investigadores avancen como lo hicieron hace décadas desarrollando los fundamentos de Arpanet, la red que luego dio origen a Internet.
Desde la creación de Darpa en 1957, ha tenido un historial mixto: muchos proyectos no lograron grandes avances, pero otros obtuvieron éxitos notables. Además de Arpanet, más recientemente, financió un proyecto de asistente personal que derivó en Siri, el ayudante de inteligencia artificial adquirido por Apple en 2011.
Paciencia
Pero hay que tener paciencia. John Everett, subdirector de la Oficina de Innovación de la Información de DARPA, dijo que estos proyectos pueden ser “muy futuros” o incluso “podrían no dar frutos en una década o nunca”.
A través de estos programas la DARPA tiene en proceso nueve grandes proyectos de investigación destinados a solucionar las actuales limitaciones de la IA. En la mayoría se advierte un gran esfuerzo por enseñar el sentido común a los programas de inteligencia artificial, algo que a menudo hace que los sistemas actuales fallen.
Darle a la IA una comprensión más amplia del mundo, algo que los humanos dan por sentado, podría hacer que los asistentes personales sean más útiles y fáciles de usar, y podría ayudar a los robots a navegar por entornos desconocidos, publicó Technology Review.
Otro de los proyectos busca desarrollar programas de inteligencia artificial que aprendan utilizando menos datos. Los datos de entrenamiento son el nutriente vital del aprendizaje automático, y los algoritmos que pueden “ingerir” más, logran adelantarse a la competencia.
Una innovación en esta área podría anular una ventaja clave de las empresas de tecnología que operan en China, por ejemplo, que prosperan gracias a la gran cantidad de datos.
Otros proyectos de los que están siendo financiados se centran en el diseño de chips de IA más eficientes y seguros.
China en la mira
La inversión que ha decidido hacer Estados Unidos tiene directa relación con el avance de China en la materia. Su gobierno ha declarado desde hace tiempo un ambicioso plan para “dominar” la tecnología de la IA.
Otros países también han anunciado planes en inteligencia artificial y están inyectado miles de millones en ellos.
Los autos de conducción autónoma también tuvieron sus primeros brotes verdes en la DARPA. Hace una década, la agencia organizó una serie de concursos de vehículos sin conductor en entornos desérticos y urbanos. Esas competiciones generaron entusiasmo en investigadores y curiosos que luego derivó en una gran ola de inversiones.