Con ganado al matadero, sin cuestionarnos ni mirar atrás un instante, así abrimos todos nuestros perfiles de Facebook. Como si fuera uno de esos requisitos de estar vivos, sin más. Nadie se preguntó qué era Facebook, quién es más explícitamente Papá Facebook y, peor aún, a cambio de qué nos están regalando un buen día una página para hacer vida social digital, informarnos y comunicarnos gratis.
¿Gratis? Eso cree la mayoría de la población de esta red social, que además ya no concibe su vida sin los ´me gusta´, ´me enoja´o ´comenta´. Es una estructura que ya hace parte de nuestra psiquis a muchos niveles. De ahí cuelga nuestra vulnerable autoestima, nuestras relaciones sociales y de trabajo, nuestra imagen frente a un mundo y la forma cómo estructuramos gran parte del nuestro. No es poca cosa todo lo que Papá Facebook ha llegado a significar en la vida de miles de personas, seriamente.
El cuento es que nada es gratis, nada. Facebook por supuesto es una empresa millonaria que vende todo tipo de estudios de mercado y Big Data. Queramos o no, y por más que nos cuidemos (como yo) y compartamos cada mes apenas dos o tres noticias que nos impactan, Papá Facebook lo sabe TODO de nosotros. Bueno, casi todo, o al menos bastante más de lo que creemos saber nosotros mismos o los demás somos nosotros.
La red es un perfecto Gran Hermano, tal cual, tiene datos que no nos imaginamos sobre nosotros, nuestros intereses y comentarios y publicaciones, incluso ya eliminadas. Esta Matrix no elimina nada. Nosotros eliminamos cosas creyendo inocentemente que somos dueños de nuestra información. Inocentes. Muy. Algo que además impacta sobre manera es que Papá Facebook también tiene información sobre nuestra actividad en Internet en general, sí, fuera de la red social.
Pues los estudios dicen que logran todo esto mediante el rastreo del navegador y las páginas que mueve, así como las cookies de las computadoras. Bueno, al parecer es posible ´enviar una solicitud de no seguimiento con tu tráfico de navegación´, pero supongo que lo hará un internauta en mil. Los demás somos borregos de la granja… mientras nos alimenten de post, somos felices.
Además, no existen leyes aún que prohíban que esas grandes empresas rastreen nuestra información, lo que sí existe es un acuerdo en el que algunas, como Facebook, se comprometen a respetar el deseo de los usuarios de no estar bajo vigilancia´.
Miedoso, no por lo que de forma aterrizada implica que Papá Facebook sepa tonterías de nuestra vida en particular, sino por el intrigante y poderoso manejo de masas que logra y el uso del enorme poder de la información a gran escala, mientras nosotras simplemente jugamos con nuestros teléfonos a saludar a los amigos o colgamos fotos con nuestro mejor perfil. Es que pasan muchas más cosas de las que podemos imaginar detrás de nuestras ingenuas espaldas y ahora más en esta vida digitalizada sin fin.
¿Qué más les digo? Yo y mis pánicos existenciales cuando me reconozco un despreciable número más manipulado por la incontenible Matriz.