Santiago, Chile.- Las redes sociales toman fuerza, sobre todo si nosotros se la damos. Creer todo lo que se publica, darlo por sentado, asumir la información como verdad absoluta, suele ser un error que incluso puede generar serias complicaciones. Un claro ejemplo fue lo que sucedió anoche en Chile. Alguien habló de una huelga de camiones distribuidores de gasolina y luego se asumió un desabastecimiento total en las bencineras.
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Todo comenzó con una denuncia vinculada a contratistas de Copec sobre supuestas prácticas anti sindicales que los llevarían a realizar movilizaciones para protestar contra el hecho. Eso bastó para que corriera el rumor en Facebook, Twitter y WhatsApp sobre la paralización que ya comenzaba y por tanto, el consecuente desabastecimiento de gasolina en las bencineras.
Entonces, la gente, sin preguntar siquiera, ni enterarse del comunicado emitido a poco después de las 20 horas por parte de la empresa, en el que se aseguraba que no habría problemas con el suministro, salió igualmente a las calles y repletó las bencineras de varios puntos del país.
El poder de las redes sociales crece con la gente que se suma a su utilización, por lo que la industria debe evaluar cuidadosamente las estrategias. Si bien, la situación producida en el día de ayer en Chile fue fortuita, podría haber sido, de alguna forma, parte de una estrategia…y entonces, si no hubiese habido comunicado de la empresa- a tiempo- ¿quiénes pierden? Especulaciones que no son válidas en este caso puntual, pero dan para dimensionar la fuerza de las herramientas que están al alcance de todos y que mal usadas son como una metralleta en las manos de un bebé.