En este artículo, primero de tres partes, pretendo compartirte diez elementos de uso práctico e inmediato para el mejoramiento de tus comunicados publicitarios y tus estrategias de mercado.
El objetivo primario de la publicidad y/o cualquier mensaje que busque influenciar e inclusive seducir y enamorar, tiene que ver -en gran parte- con el uso correcto de los vocablos. “No hay duda al respecto”. Habladas o escritas, las palabras son el alma de cualquier mensaje, de cualquier naturaleza, en cualquier medio y… en cualquier lugar. Estudios demuestran que, por ejemplo, “amenazar”, decrece significativamente el poder de persuasión del contenido. He aquí 10 sutiles y efectivas técnicas que te pueden ayudar a planear tu estrategia publicitaria o… “personal”.
Persuasión Racional
En los ambientes de negocio, uno de los más efectivos sistemas para lograr ejercer una sutil influencia es la aplicación de la “Persuasión Racional”. Este concepto tiene que ver con el uso sereno (cargado) de argumentos lógicos y evidencias factuales que nos permitan persuadir al influenciado de que una propuesta es viable y, por lo tanto, aceptable. En otras palabras, le damos suficientes razones “de peso” para creernos. Puede ser utilizada virtualmente en cualquier escenario de tu vida profesional, inclusive personal. Se ha encontrado que la persuasión racional genera más compromisos sólidos del influenciado. El uso de pruebas, testimonios, fuentes y datos genera influencia.
Color
Los humanos, dueños del mundo animal, como cualquier otro integrante del reino, colocamos una gran atención a la importancia del color y lo que éste nos deja saber del mundo exterior. Predadores en el mundo animal usan el color para distinguir las amenazas y, en forma similar, los humanos -de forma inconsciente- percibimos ciertas señales venidas de diferentes vibraciones de color y las identificamos como benignas o malignas. Existe en realidad (para los que dudaban de ello) “La estrategia del color” en la ciencia del Marketing donde el valor psicológico de cada color y las señales que emite importa mucho. Por ejemplo: el rojo es percibido primero que otros colores. Es el gran las ganador en campañas de publicidad juvenil, deportivas y genero-sugestivas. Transmite energía, movilidad, desplazamiento. Mientras que el azul es el gran ganador en las campañas donde es necesario transmitir tranquilidad; vacaciones; planes de retiro; inversión de dinero y seguridad a largo plazo. La vestimenta azul provoca más aceptación en las ventas mientras que la negra más determinación y seriedad en los tratos. Los tonos pastel y muy claros, compromisos temporales, ligeros y rompibles.
Capacidad Percibida
Convencer a otros de tu capacidad simplemente con decir que confíen en ti… no es opción. El “Yo se lo que digo y lo sostengo”, no necesariamente funciona. Más bien hace que las personas se sientan menos seguras ante los postulados. Estudios demuestran que la “Capacidad Percibida” es un factor importante para lograr la influencia. Desafortunadamente para el genero femenino: estereotipos inexactos y desviados (por la misma publicidad y los medios) hacen a veces que ellas sean percibidas como menos capaces e inadecuadas para posiciones de mando, a diferencia de los hombres. Hombres y mujeres por igual deben de hacer frente a estas batallas y asegurar que poseen habilidades competentes, la mujer (por desgracia) tiene que hacer un esfuerzo extra y este concepto de la percepción de la competencia, le es más necesario. Una de las formas de dominar esta habilidad se basa… no tanto “en lo que decimos sino, en como lo decimos”. Se ha demostrado que “el hablar firme y sostenidamente”; sin dar la impresión de duda y evitando tropezar con los vocablos (por hablar rápido o atropellado), logra el efecto. Otro elemento que nos hace ser percibidos como aptos, es evitar ese lenguaje indirecto (como de tercera persona) ejemplo: “Dicen que soy excelente para esto o aquello”. O pasivo (usando el sujeto en el predicado) ejemplo: “Sí está el gerente… ¿podría hablar yo con él”. En otras palabras, tanto para la publicidad como para la negociación personal, usar un lenguaje que no tome un claro partido en el tema que pretende emitir y con el suficiente volumen, ritmo y aplomo no funciona si lo que deseamos es influenciar.
Nos encontramos en la siguiente entrega.