Luego de una noche de fiesta, el usuario de Uber identificado como Kenny Bachman solicitó un servicio -en específico un Uber XL- para llegar seguro a casa. Al ingresas al vehículo se quedó dormido y siete horas después se dio cuenta que iba hacia New Jersey.

El viaje fue solicitado en Virginia Occidental y luego de los efectos del alcohol, el usuario equivocó la dirección entregada al conductor; en lugar de proporcionar la dirección de donde se hospedaba, introdujo la dirección de la casa de sus padres.

Cuando Bachman despertó, descubrió que había recorrido más de 480 kilómetros lo que en dinero se traducía en un viaje por mil 635 dólares; es decir, 30 mil 774 pesos mexicanos. 

Tal y como lo reportan desde la BBC, el joven aceptó su error y pagó el costo del viaje sin entablar ninguna acción legal contra la compañía.

La historia ha causado especial interés en Estados Unidos en donde el resto de los usuarios han cuestionado la actuación del conductor y la compañía, argumentado que estos viajes no son comunes con lo que la aplicación debería incluir una función de confirmación en dos pasos, para evitar este tipo de situaciones a futuro.

El caso resulta relevante para la mercadotecnia por dos razones. En principio demuestra que el consumidor no dejará pasar ninguna oportunidad para exigir mayores y mejores garantías a sus marcas, en donde uno de los principales drives será obtener más por su dinero, en donde la experiencia juega un papel fundamental.

Un reciente estudio realizado por Conecta, indica que el 93 por ciento de los consumidores cree que una experiencia de compra positiva mejora su fidelidad hacia una marca.

Por otro lado, habla de un área de oportunidad para Uber que quizá ayudaría a la firma para mejorar su imagen frente a sus clientes, la cual se ha visto apocada durante los últimos años.