Actualmente, los canales digitales son comunes para tratar de hacer un posicionamiento de negocio, ya que por medio de una estrategia, es normal utilizar mecanismos que acerquen a los usuarios de estos espacios por esta vía con el objetivo de tratar de optimizar una página web, sobre todo en motores de búsqueda como Google.
Datos de We Are Social indicaban que el año pasado los usuarios de Internet ascendían a más de 3,8 mil millones, pues el rango de crecimiento anual se presentaba como de 10 por ciento. Por otro lado, la misma tecnológica Google indica que al menos el 85 por ciento de los consumidores empieza a hacer compras por varios dispositivos, desde una computadora personal hasta terminar en el smartphone.
Para tener proyección, no se debe dejar pasar desapercibido a Google, el buscador más utilizado del mundo. Si bien hay algunas otras plataformas que pueden generar tráfico orgánico a tu página, como las redes sociales, es innegable el poder que esta página tiene para dirigir el acceso de los consumidores digitales.
Según Stadista, entre los principales motores de búsqueda, la participación de mercado mundial de Google a enero de 2017 fue del 89.06 por ciento. Aunado a las demás plataformas que ahora son parte de su propiedad, como YouTube, el cual empezó a tener el 68 por ciento de tráfico a partir de febrero del año anterior, la capacidad para ser un exponente.
Independientemente de la estrategia de marketing que sigamos, hay que ser conscientes de cuáles son las pautas exigidas por Google para proyectar un sitio web. Continuamente modifica y mejora sus algoritmos para que cada web obtenga la exposición que se merece.
De acuerdo con esto, algunos síntomas comunes de una penalización son:
- El tráfico orgánico procedente de Google se reduce
- El sitio pierde visibilidad para algunas o todas las palabras clave
- Ciertas páginas desaparecen de los resultados de búsqueda
- El dominio deja de aparecer al buscarlo por su nombre
- El dominio se desindexa del buscador
Google impone sanciones por cosas como:
- Crear enlaces artificiales para potenciar los rankings
- Recargar las páginas de palabras clave para aumentar la relevancia
- Copiar contenidos de otras páginas
- Llenar el pie de página de enlaces sin relación
- Hacer intercambios excesivos de enlaces
- Comprar o vender enlaces
- Emplear textos ocultos
- Mostrar un contenido al buscador y otro diferente al usuario
- SEO negativo