El mundo de la moda se encuentra en una etapa de reconfiguración que ha obligado a sus jugadores ha buscar nuevas alternativas para conquistar al consumidor. Lo cierto es que las propuestas de michas de estas firmas parecen ser de risa y aunque han generado toda clase de críticas parece que propuestas como overoles manchados con grasa o pasto, por ejemplo, tienen especial aceptación por parte del consumidor. Ahora una marca más parece sumarse a esta tendencia de “imperfección” en temas de lujo con una peculiar y cuestionable propuesta.
Hablamos de la marca Wet Pants Denim, la cual, como su nombre lo dice, tiene como principal propuesta la venta de pantalones que simulan el efecto morado en la entrepierna, tal y como si el portador de los mismos hubiera tenido un accidente de control de esfínteres.
¿Pantalones mojados?
Estas prendas, esta diseñadas específicamente para replicar el efecto de la incontinencia urinaria y aunque podría pensarse que se trata de una campaña para hacer visible este tema de salud que afecta a muchos, en realidad es una propuesta comercial real que ha llamado la atención de cientos de usuarios.
Estos pantalones están a la venta por cerca de 75 dólares (algo como mil 482 pesos mexicanos al tipo de cambio actual). No obstante, la marca ofrece una opción que invita a los interesados a enviar sus pantalones ya usados a la marca para que esta lo personalice con su peculiar insignia y característica por un pago de 30 dólares (593 pesos).
Aunque el “look & feel” de los productos de la marca parece ser sencillo de replicar, lo cierto es que tal y como rezan desde la mencionada empresa, los pantalones son tratados manualmente para que además de ser lo más natural posible, sean cómodos al usarse y se mantengan completamente secos siguiendo el lema de la marca: “Wet Look, Dry Feel”.
La peculiar propuesta ha generado toda clase de reacciones en redes sociales, en donde mientras algunos no dan crédito al costo y peculiar diseño de los pantalones, otros tantos se dicen satisfechos con este tipo de prendas.
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No es la única
El segmento de la moda parece haber llevado a niveles extremos la exigencia de autenticidad del consumidor. Diversas marcas han comenzado ha lanzar productos que se alejan mucho del glamour y perfección que por décadas caracterizó a esta industria.
Lo hecho por Wet Pants Denim es un claro ejemplo que se suma a lo hecho por otras reconocidas firmas en meses pasados.
Hacia octubre del año pasado, Ralph Lauren parecía estar convencida que el consumidor estaría dispuesto a pagar más de 17 mil pesos por un overol para hombre manchado de pintura que lucía especialmente gastado.
“Confeccionado en satén de algodón japonés con el reverso hacia fuera. Bolsillos utilitarios. Salpicaduras de pintura” es la descripción que se ha dado a este peculiar producto desde la página oficial de la marca, en donde se ofrece por un precio de 620 libras.
Las características de la prenda así como elevado precio la han convertido en un foco de críticas, en donde los usuarios reclaman que la marca “los cree estúpidos” para pagar tanto por producto que no tiene nada de espectacular y que se puede “crear por los propios usuarios” pagando una cifra mucho menor.
No obstante, la prenda parece haber sido adquirida por algunos clientes que se sumaron al grito de autenticidad que ahora el consumidor exige al grueso de la marcas.
Cambio de dirección
Lo que realmente está sobre la mesa es la configuración de un nuevo significado para el sector de la moda y el lujo, en donde si bien el estatus y la elegancia son parte de la ecuación, estos valores han quedado en segundo lugar para dar paso a conceptos como autenticidad e inclusión, los cuales ahora pesan más a los ojos del consumidor.
Es por eso que desde ahora veremos una evolución necesaria en la categoría de lujo en donde las marcas realizarán mayores esfuerzos por desarrollar productos y servicios rústicos, personalizados y no necesariamente ostentosos, que a través de la experiencia y la conexión emocional con el consumidor que lo anterior implica den a su oferta la exclusividad y status que caracteriza al sector.
Lo cierto es que las marcas deberán encontrar un equilibrio en este sentido, para no generar más críticas y no perder aquello que por muchos años las mantuvo dentro de la preferencia del consumidor, ocupando un espacio privilegiado.
