La figura de los influenciadores no es nueva, la publicidad la ha utilizado de manera frecuente desde hace décadas, buscando ligar el éxito de la persona con influencia a una marca para lograr mejorar la percepción del público hacia ella.
Antes de la era del Internet y las Redes Sociales, los influenciados eran personas que por lo general tenían presencia en medios masivos como la TV, la prensa o el radio, y era justo en estos medios donde ejercían su influencia para impulsar a las marcas.
Actualmente nos enfrentamos a un fenómeno completamente diferente cuando hablamos de influenciadores, gracias a que desde la aparición de los blogs a mediados de la década de los noventas y la llegada de las redes sociales al inicio de este siglo, personas no profesionales de los medios empiezan a ganar relevancia y son seguidos por el público, aún cuando no aparecen en algún medio masivo de comunicación.
Este fenómeno tomo por sorpresa al mundo, principalmente al marketing, la publicidad y los medios, que con los años se tuvieron que enfrentar a personas que gozaban de gran influencia y credibilidad, pero que no pertenecían a la “Elite” de la TV, el radio o la prensa escrita.
Influenciadores orgánicos vs pagados
Cuando las marcas se toman en serio el trabajo en Redes sociales, empiezan a desarrollar una relación con el público que puede ir más allá del “Cliente-Marca” para convertirse en algo más personal y cercano, lo que se conoce como Engagement, que a final de cuentas es generar un vínculo emocional entre la audiencia y la marca.
Dependiendo el caso, algunas marcas cuentan con ciertas personas que se vuelven literalmente “Fans” y de manera natural se convierten en embajadores, hablando positivamente y recomendándola a sus conocidos. Cuando, adicionalmente a lo anterior, la persona cuenta con influencia en Redes Sociales, o sea que su comunidad responde e interactúa con ellos, en ese momento podemos hablar de que contamos con un influenciador orgánico; una persona que sin recibir un pago, utiliza su influencia para promover una marca.
Este escenario NO es muy común y tampoco es tanta la gente que por su perfil puede ser considerado influenciador, por tal motivo algunas marcas recurren a otro modelo que en algunos casos funciona, pero en otros ha resultado ser un rotundo fracaso.
Los influenciadores pagados, son aquellos que cuentan con un reconocimiento público(son famosos), recientemente hemos visto que los Vloggers han cobrado mucha relevancia gracias que la gente gusta de ver su contenido. Algunos de los más famosos son Yuya, El Escorpión Dorado, Werevertumorro, Ray William Johnson, Smosh, etc.
Estos famosos cobran por hacer menciones de las marcas dentro de su contenido, incluso algunos pueden llegar a ganar más que algunos vamos s de la TV.
Hasta aquí todo parece ideal, personas famosos que cobran por promover mi marca; en la teoría suena bien, pero en la realidad hemos visto que no siempre la gente reacciona de manera positiva ante las menciones de estos influenciadores promoviendo marcas, y el problema en la mayoría de los casos es la segmentación.
El hecho de ser famoso y contar con muchos seguidores en Redes Sociales, no es sinónimo de éxito en una estrategia de influencia, no digo que lo anterior no sea importante, pero adicionalmente es necesario pensar en el tipo de público al que se dirige y la o las temáticas en las que se enfoca su contenido.
Por ejemplo, influenciador que habla de deportes, difícilmente va a generar una gran influencia hablando de finanzas, o uno que habla de política, difícilmente va a lograr algo hablando de viajes.
Es importante considerar estos factores al momento de trabajar con un influenciador, es más factible que el público reaccione de manera positiva si el tema del que va a hablar esta relacionado al tipo de contenido que publica comúnmente.
La frecuencia es otro factor importante, ya que el saturar a la audiencia con un mismo mensaje puede resultar contraproducente y en un caso extremo hasta poner al público contra la marca y el famoso.
La naturalidad es también algo a considerar, ya que mientras más natural sea el mensaje, mejor lo recibirá el público, para lograrlo puede funcionar que sea el famoso o su equipo quien diseñe los mensajes y se publiquen con la supervisión y autorización de la marca.
Como conclusión, la influencia es un valor que aportan las Redes Sociales y en general el nuevo internet, pero es vital utilizarlo de la forma adecuada, sin poner en riesgo a la marca por precipitarse a publicar.
El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor