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Walmart es una de las cadenas de tiendas clave en el mercado de retail.
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Un elemento que no podemos de ver de vista es la funcionalidad de los protocolos durante esta contingencia.
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La pandemia de COVID-19 puso al retail de cabeza con toda clase de estragos que han obligado al cierre de tiendas físicas, así como a la adopción en tiempo récord de recursos digitales como el comercio electrónico.
Frente a este enorme desafío, un elemento que ha quedado patente es el rol del consumidor y cómo este se ha negado en diversas ocasiones a seguir los protocolos que se han tenido que imponer en las cadenas de supermercados, para permitir su ingreso.
Las cadenas de supermercados fueron de los pocos puntos de venta que pudieron seguir operando durante el confinamiento que se vivió, debido a la pandemia de COVID-19.
A pesar de esta oportunidad, el consumidor no ha querido asumir, aclaramos que en excepcionales casos, los reglamentos como el uso de cubre bocas y el distanciamiento social, para poder llevar a cabo compras en estos lugares.
Esto sin lugar a dudas ha vulnerado a los empleados de estos lugares a todo tipo de agresiones, en primera, porque la función de estos colaboradores no es contener la violencia de un consumidor agresivo y segunda, porque no cuentan con protocolos que los ayuden a enfrentar situaciones de estrés.
Consumidor violento en medio de una pandemia
Un consumidor dio muestra nuevamente de la violencia a la que puede llegar una persona que no cree en el uso de cubrebocas.
Dentro de un Walmart en Anchorage, Alaska, un hombre entró sin cubrebocas y se enfrentó a empleados quienes le impidieron el acceso y frente a quienes gritó, exponiéndolos a un contagio de COVID-19 debido a que los colaboradores de esa tienda no llevaban puesto protectores para sus ojos.
“¡Vuelve a tu carretera al infierno y deja esa cara de ser un hombre piadoso!”, gritó a uno de los empleados.
“Mi felicidad se sirve mejor si me enfrento a ti y te digo que eres un tonto y estás equivocado y que no tienes autoridad sobre mí”, siguió gritando el hombre.
Este hecho solo demuestra lo vulnerables que siguen estando los empleados de cadenas de supermercados como Walmart, que no han podido tomar medidas definitivas en contra de consumidores violentos en medio de la pandemia de COVID-19 por la que atravesamos.
El riesgo de vender en pandemia
El riesgo de vender en pandemia se ha convertido en una pauta que ha obligado a todos los competidores de este mercado a sumir protocolos, pero siguen siendo insuficientes ante la inconsciencia de algunos consumidores.
Frente a este riesgo se ha hecho evidente el necesario desarrollo de tecnología que ayude a reducir el contacto con los consumidores y la necesidad de acudir a los puntos de venta físicos, que han dejado de ser relevantes, llegando en algunos casos, a incluso convertirse en meros almacenes para atender la demanda online.
Ante esta serie de retos, lo que ha ocurrido es que se ha dado una diversificación de opciones de compra, que tienen a los puntos de venta como centro para llevar a cabo las diversas operaciones. Esto sin lugar a dudas ha establecido un referente clave en el mercado y no solo eso, ha marcado la oportunidad para el consumidor, de lograr definir pautas relevantes.
Estas pautas relevantes no son otras que las que apuestan cada vez más por desarrollar conceptos que ayudan a comprender el valor del consumo.