• Los modelos de Honda y Acura afectados solo incluyen a vehículos lanzados entre 2018 y 2020

• Se estima que, en total, hay más de 15 mil unidades afectadas en todo el país

• El problema podría llevar a accidentes mortales suponiendo que el motor se detenga en medio de la carretera

En teoría, las marcas gastan mucho dinero en controles de calidad para asegurar que sus productos lleguen a manos de los consumidores en las mejores condiciones posibles. Esto, no solo porque su reputación como una empresa confiable está en juego. También porque una falla puede convertirse, en algunos casos, en un riesgo para la integridad del usuario final. Es por eso que son tan graves crisis como la que viven ahora Honda y Acura dentro de México.

Según El Diario NY, a través de la Profeco, ambas marcas automotrices acaban de llamar a revisión un total de ocho modelos distintos. En el caso de Honda, son cinco vehículos los que han presentado problemas, mientras que para Acura son tres los que tendrán que retirarse de forma temporal de las calles. En todos los casos, las empresas confirmaron que la bomba de combustible no está funcionando como se esperaba. Así, tendrán que recibir mantenimiento.

Para el caso de Honda, los modelos afectados son HR-V, BR-V, City, Insight y Accord. Por otro lado, los Acura que están presentando fallas son los NSX, ILX y RDX. En datos de la Profeco, la bomba de combustible, bajo ciertas condiciones de temperatura y uso, podría dilatarse. Lo anterior, a su vez, podría provocar que los autos dejen de circular o que solo no enciendan. En datos de las marcas, ya se están contactando con los dueños para llevar a cabo las revisiones.

¿Qué tan grave es la situación de Honda y Acura?

Es común que las automotrices realicen estos retiros de vehículos por fallas en modelos. Por ejemplo, solo en lo que va del año, al menos tres marcas han anunciado tres recalls similares al de Honda y Acura. En julio, Audi quitó varios autos por riesgo de incendio en México. Toyota hizo algo similar en Estados Unidos (EEUU) con millones de coches para enero. Y solo un mes después, Hyundai tuvo que mandar a revisión otro medio millón de automóviles en ese país.

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Hay que regresar al caso de Honda y Acura. La cuestión de la boba de combustible es algo serio, pues afecta notablemente la experiencia del conductor y el consumidor. Que un vehículo solo deje de funcionar de repente puede afectar notablemente la reputación de ambas marcas como productoras confiables en la industria. En este sentido, se trata de un incidente que va a afectar su imagen de una forma u otra. Sin embargo, hay que aceptar que podría ser algo peor.

No es lo mismo que un motor deje de funcionar o un carro se rehúse a arrancar a, por ejemplo, un riesgo de incendio espontáneo. Además, no parece que los problemas con estos modelos de Honda y Acura hayan llevado a ningún incidente mortal ni nada donde los consumidores se hayan visto afectados. Claro, jamás es bueno que un producto no funcione tal y como se le prometió a lo compradores. Pero comparado con otros casos de la industria, no es tan malo.

El efecto de los recalls en la reputación de las marcas

Junto con Honda, Acura y el resto del sector automotriz, otras industrias también han tenido que ejecutar recalls y retiros masivos por errores o fallas en su proceso. Por ejemplo, está el infame incidente de IKEA en marzo de este año, que llevó a al menos un incidente mortal. Un caso diferente fue el de Hasbro, que tuvo que sacar una muñeca por un diseño inadecuado. Y Mondelēz también se vio afectada por este fenómeno, pero por una falta de transparencia.

Incluso si las marcas como Honda y Acura manejan estos recalls con rapidez y transparencia, no dejan de ser dañinos para su reputación. Según Investopedia, puede llevar a una pérdida en el valor de compañías multimillonarias dentro del mercado bursátil. Varios estudios parecen confirmar que la atención mediática ayuda en parte a aumentar el peso de estas operaciones. Otras investigaciones comprueban que siempre golpea la confianza  general del consumidor.