Si de antemano tomar champaña es un lujo, darse la oportunidad de beber la propuesta de Louis Roederer 2002 envasada en una botella de cristal de Jeroboam resulta plantearse en un serio aspiracional para los amantes del estilo de vida.
Para quienes no lo tengan en el registro, Louis Roederer es una de las casas de champaña más prestigiadas del mundo y recientemente presentó en México una de las dos botellas destinadas para venta en el país de la edición limitada Cristal Jeroboam 2002, mismas que serán puestas de venta exclusiva en La Europea, asó que uno puede imaginarse el precio.
La obra de arte elaborada con cristal y oro de 24 quilates, diseñada en colaboración por el artista francés Philippe di Meo, ofrece únicamente 200 botellas para todo el mundo.
La bebida ha sido elaborada con las mejores uvas cultivadas en los propios viñedos de Grand Crus que posee la marca, dando como resultado una bebida intensa y delicada, que revela una combinación precisa y pura, con una textura infinitamente sedosa, tras cinco años de maduración en lías, además de un reposo de ocho meses tras el degüelle, además de que durante el año 2002, representó una temporada idónea para las vendimias, ya que fueron expuestas a temperaturas cálidas y uniformes sin exceso de sol ni de calor.