Los estilos de vida han madurado de ser reservadas formas de consumir a convertirse en nuevas formas con que las marcas logran interactuar con el consumidor.
A partir de esta óptica es posible observar un mayor impacto en el diseño de estrategias, que se adaptan a estos nuevos estándares en que se debe de empatar con el consumidor desde su óptica, en que requiere de productos o se encuentra con mayor disponibilidad a relacionarse con las marcas, los los estilos de vida con los que cuenta.
Lo anterior ha dado pauta a colaboraciones como la que tendrán Oprah Winfrey, una de las marcas personales que ha basado su estrategia de promoción en los estilos de vida saludables fundamentados en la calidad de los alimentos que se consumen y Kraft Heinz, según reportes de diversos medios estadounidenses.
Lo interesante de los productos de consumo es la identificación que encuentran con los consumidores a partir de las demandas con las que cuentan en el momento en que lo desean y bajo las circunstancias en que lo requieren.
Los estilos de vida saludables, por ejemplo, han logrado establecerse dentro de una amplia industria de consumo en la que marcas de alimentos se han erigido con un valor de sus compañías con alto impacto, a partir de que han sabido adaptarse a la demandas de productos cuyo diseño encaje con el perfil de este consumidor sustentable o interesado en productos con bajas calorías o con porciones menores de ingredientes como el azúcar.
Es aquí donde encontramos el valor de marcas como Nestlé, 21 mil 225 millones de dólares; Danone, ocho mil 351 mdd o Kellogg’s, siete mil 282 mdd.
En cuanto a nuevas tendencias, es posible encontrar mercados como el de productos orgánicos, donde México no figura en el listado de Statista con cifras de FiBL, AMI y IFOAM, sin embargo, países como el de Estados Unidos registraron ingresos por 27 mil millones de euros.