Oprah Winfrey es, al parecer una reina midas del ámbito empresarial estadounidense e internacional. Justo tras conocerse que la presentadora y actriz adquirió un 10 por ciento de Weight Watchers, las acciones de la compañía se dispararon hasta duplicar su precio en Wall Street. ,
Winfrey tiene todavía derecho a adquirir otro 5 por ciento de la compañía de productos y servicios para la pérdida de peso, según informa el diario The Guardian. Weight Watchers pasó a tener un valor bursátil de 388 millones de dólares y ganó visibilidad internacional tras ser tocada por Oprah.
Winfrey ha sido por años una gran seguidora del programa. “Creo en él tanto que decidí invertir en la compañía y participar en su evolución”, dijo Oprah a la prensa al anunciar la transacción que incluye la utilización de su imagen para promocionar a la marca y un asiento en el consejo de administración. “Weight Watchers me ha dado las herramientas para comenzar a hacer un cambio duradero en una lucha que muchas personas llevamos con nuestro peso”, señaló.
A la multimillonaria se le ha llamado “reina de todos los medios”, pues ha levantado un imperio de 3 mil millones de dólares, con lo cual Forbes la coloca en el puesto 211 de las personas más ricas de Estados Unidos y 603 del mundo. Es la decimosegunda mujer más influyente, según la misma publicación. Tras dejar su célebre programa “The Oprah Winfrey Show”, se ha concentrado en su productora Harpo Media y en crear su propia cadena de televisión por cable, OWN, a través de la cual Weight Watchers podrá promocionarse.
Winfrey ha sido siempre abierta sobre su batalla con el sobrepeso. En una ocasión llevó a su programa una furgoneta llena con 30 kilos de grasa para ilustrar cuánto peso había logrado bajar.
“Con todas las cosas que sé que puedo hacer y todas las cosas en las que soy buena y otros logros, no puedo creer que estoy aún hablando de sobrepeso”, dijo en una entrevista para su revista, O, hace cinco años. “Para mí no es un asunto cosmético. Es un asunto emocional. Cuando mi motor se apaga, mi droga de elección es la comida”.
