-
Aunque la COVID-19 probó ser un virus muy contagiosos, muchos expertos confirman que la variante original no era muy buena infectando
-
Sin embargo, las versiones que han ido surgiendo en el mundo han probado ser mucho más efectivas para saltar de una persona a otra
-
En el caso específico de la variante Delta, esto se debe a dos mutaciones que sufrió el virus, haciéndolo mucho más rápido, elusivo y potente
La crisis sanitaria de la COVID-19 podría estar a punto de entrar a una nueva etapa, más peligrosa que las que ya ha sobrevivido el mundo. De acuerdo con Reuters, la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de advertir que la variante Delta del virus está en camino a convertirse en la versión dominante a escala global. En Reino Unido ya está volviéndose una de las más comunes entre los infectados. Se espera que Alemania detecte algo similar pronto.
El líder científico de la OMS, Soumya Swaminathan, aseguró que la tasa de infección de esta variante la estaba convirtiendo en una candidata perfecta para dominar la pandemia. Según la Organización, África sigue siendo un territorio preocupante en el contexto de la COVID-19. Lo anterior, porque los nuevos casos en Namibia, Sierra Leone, Liberia y Ruanda se duplicaron en la última semana. Hasta ahora, el continente solo abarca cinco por ciento de las infecciones.
También es una preocupación para la OMS porque África ha sido de las regiones que menos vacunas contra la COVID-19 ha recibido. La noticia de la prevalencia de la variante Delta es crucial ante los resultados de la nueva fórmula de CureVac, que usa una tecnología de mRNA similar a la de Pfizer y Moderna. Este fármaco solamente presentó una efectividad del 47 por ciento. Los estudios se llevaron a cabo entre pacientes con 13 variantes distintas del virus.
¿Qué es la variante Delta de la COVID-19?
La advertencia de la OMS no es menor. Y es que esta mutación del virus ha probado ser una de las más agresivas que han surgido hasta ahora. Como dice la BBC, el nombre Delta surgió hace algunas semanas, cuando los expertos médicos decidieron asignarle letras griegas a las mutaciones más comunes de la COVID-19. Esto, en lugar de referirse a ella por el país donde se halló por primera vez. Antes, esta versión era conocida por haberse detectado en la India.
Notas relacionadas
Refuerza apuesta por el mercado de la salud: Amazon lanza su prueba COVID-19 al público
Su peligrosidad radica en su alta tasa de infección, con respecto al virus original. De acuerdo con Medical News Today, se contagia hasta 60 por ciento más rápido que la variante Alpha, como ahora se conoce a la COVID-19 que se detectó en Reino Unido. Ésta de por sí había dado señales de ser más mortal y 50 por ciento más infecciosa que la primer iteración de la enfermedad. No solo eso, sino que los síntomas principales también serían muy diferentes.
National Geographic afirma que también podría ser más efectiva para burlar al sistema inmune que la variante Beta, como ahora se conoce a la versión encontrada en Sudáfrica. Ésta ya era reconocida como la más resistente a tratamiento, incluyendo potencialmente las vacunas. Así pues, parece ser la versión de la COVID-19 más peligrosa hasta el momento. Y si continúa corriendo libremente por la población, podría volver a mutar en algo todavía más peligroso.
Problemas de defensa
Desafortunadamente, los casos continúan apareciendo incluso en zonas que supuestamente ya habían logrado poner bajo control sus brotes de COVID-19. Por ejemplo, en la Ciudad de México (CDMX), recientemente la baja de ocupación hospitalaria y pacientes infectados bajó lo suficiente para reanudar las clases presenciales. Sin embargo, las autoridades federales no tardaron en reportar los primeros casos de personas afectadas por el virus en los salones.
En el lado positivo de las cosas, la mayor parte de las vacunas que ya se han empezado a distribuir en el mundo han probado ser más o menos efectivas incluso contra las variantes. Lo anterior aplica también para nuevas fórmulas, que son igual de poderosas para, en el peor de los casos, evitar la hospitalización y los casos graves de COVID-19. El único reto, entonces, sigue siendo asegurar que una buena parte de la población reciban las dosis necesarias.