Todos piensan que el reto es ofrecer resultados a los clientes, sin embargo el chiste es lograrlo con un equipo bien enfocado que está motivado para adaptarse y llevar a una marca a las metas prometidas. Seguimos emigrando de cuando el trabajo que valoraba por el proceso, a tomar en cuenta sólo el resultado. Además, en el panorama laboral actual los colaboradores se sienten mucho más motivados cuando su desempeño es evaluado por los resultados que generan, y no por las horas que pasan en la oficina.
Aunque parezca contradicción ambos aspectos están relacionados, sin embargo tenemos que encontrar la manera de hacerlos coincidir. Especificar las metas de los clientes que a su vez sean los objetivos de los colaboradores, ponderado el resultado sobre las horas en el escritorio. Hacerlo así premia la iniciativa de buscar soluciones creativas que ahorren tiempo, mientras elimina personas complicadas incapaces de concentrarse en lo que genera valor.
¿Qué tipo de Objetivo?
El primer reto de trabajar por resultados radica en definir el objetivo, hay ocasiones en las que vale la pena invertir tiempo adicional para especificar la meta, antes de lanzar un reto cuyo resultado sería una solución distorsionada. Eliminar la subjetividad obliga a desarrollar metodologías de análisis, por eso hoy en día es muy valorada la capacidad de deducción de los creativos en áreas de marketing; sin duda una cualidad que debes buscar en quienes formen parte de tu staff.
Define el reto posible
Según el libro “Hábitos Atómicos” las metas deben definirse dentro de un rango de lo posible con esfuerzo, es decir que cuando se fija un objetivo, debe pensarse en algo retador pero alcanzable, de lo contrario, el equipo puede darse por vencido sin siquiera salir a la batalla.
Especificar el alcance
Cuando tenemos equipos multidisciplinarios debemos entender hasta donde colabora cada experto en su área, para el cliente puede ser difícil identificar que cada acción de una estrategia conlleva un proceso con varias actividades, es complejo sin embargo debemos tratar de ser lo más transparente posible. Por ejemplo, si tienes una campaña en un medio digital, activarla puede implicar diferentes subtareas, estas acciones generan costos a la agencia que son “invisibles” pero salen del presupuesto total, obviarlos y ocultaros puede ocasionar malos entendidos con nuestro cliente.
¿Cobrar por objetivos?
Viene muy fuerte la tendencia de contratar soluciones a granel o por objetivos específicos. En una encuesta reciente elaborada a empresas que han contratado servicios de Marketing, el 80% de los encuestados prefiere su agencia le cobre por metas concretadas, el reto es que los proveedores de marketing encuentren una fórmula para hacer rentable su oferta pagando sus costos fijos. Aún falta para que este modelo sea posible, pero es momento de cuestionarnos si pronto las agencias atenderán a través de plataformas en línea.
¡Hasta el próximo martes!