Por Abraham Geifman
Twitter: @ageifman
Estamos en la víspera del 2014, aún con varias dudas sobre el futuro de nuestro entorno y el impacto económico y comercial en nuestro negocio: ¿Cómo impactará la reforma fiscal al consumo?, ¿jugará la selección mexicana en el mundial de Brasil? ¿Surgirán nuevos medios digitales? ¿Nuevas tendencias?, entre otras.
Ante las dudas no hay nada mejor que planear con la idea de anticipar cualquier escenario posible.
Muchos de mis lectores probablemente tienen claridad sobre sus actividades mercadológicas del próximo año, me los imagino actualizando en nombre de su hoja de Excel del 2013, rescatando el presupuesto de gastos distribuido en actividades y meses, con ligeras modificaciones, quizás a la baja, en preparación del siguiente ejercicio anual.
Para negocios que por su madurez y estabilidad tienen muy claras sus actividades de años posteriores, quizás un plan de mercadotecnia represente un mero formalismo o parte de un proceso interno, en algunos casos burocrático, pero que forma parte del “deber ser” de un gerente de mercadotecnia.
Académicamente, siempre será tiempo valioso el utilizado para planear o revisar lo planeado, pero adicionalmente, me gustaría compartir (y tropicalizar), ocho señales que el sitio Smart Insights sugiere para determinar el momento en que sí requerimos de un plan de mercadotecnia.
1. Cuando no tenemos una visión clara sobre el futuro, visión y metas
El 2014 está lleno de incertidumbres. Aunque tengamos claridad sobre las metas, es importante planear con escenarios alternativos. Para citar un ejemplo: Millones de dólares para el 2014 dependen de dos partidos de futbol, así de sencillo.
2. Cuando no conoces muy bien a tu consumidor
Recordemos que el consumidor de hoy no es audiencia estática, se encuentra en constante movimiento y descubrimiento de nuevas ofertas y medios de comunicación. No podemos asumir que lo conocemos a la perfección. Si el conocimiento no es suficiente, debemos planear.
3. Cuando tus ideas no son tan potentes
Existen grandes ideas que deben venderse internamente a la organización. Nada mejor que una estrategia para darles un propósito.
4. Tus campañas no están integradas
Este es un problema más común de lo que pensamos. Actividades de mercadotecnia aisladas que no se integran. Tan solo reflexionemos sobre cómo armonizan las acciones digitales con las no digitales.
5. Se pierde dinero en la duplicidad
Sucede que varias gerencias de la empresa apuntan hacia la misma dirección estratégica, y se duplican esfuerzos, que coordinados podrían generar ahorros y economías de escala. El plan de mercadotecnia es la mejor manera de ponerlas en orden.
6. Cuando tu inversión en canales digitales no es congruente con el uso que les dan tus clientes
El uso de medios digitales debe estar alineado a la audiencia, para tal efecto, la planeación es necesaria.
7. Falta agilidad para estar un paso adelante
En segmentos altamente competitivos, es importante revisar con frecuencia las estrategias a seguir, siempre en la búsqueda de movernos un paso delante de la competencia.
8. Cuando estamos en un proceso de optimización
Es probable que en el cambio de un año a otro nos encontremos a la mitad de un proceso de optimización, de medios, procesos o estructuras, mismos que se deben revisar anualmente en un plan estratégico.
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