La crisis económica en la Argentina y la apertura de las importaciones generó serios problemas en las compañías que estaban instaladas el extremo sur de la Patagonia, más precisamente en la provincia de Tierra del Fuego.
Allí, diversas empresas se encargan (o encargaban) de ensamblar teléfonos celulares y fabricar electrodomésticos, especialmente televisores y equipos de aire acondicionado.
Los cambios en las políticas gubernamentales respecto de la importación de productos (mucho más abierta desde la asunción de Mauricio Macri) generaron que varias de esas compañías redujeran su producción, cerraran o, como en este caso, se reconvirtieran.
El nuevo objetivo parece ser la minería de criptomonedas.
Por ejemplo, la empresa New San, que hasta 2017 fabricaba celulares, ahora alquiló el lugar para que otra compañía mine criptomonedas. Son miles de computadoras que están funcionando las 24 horas para generar Bitcoins.
En Ushuaia y Río Grande, las dos principales ciudades de Tierra del Fuego, “se instalaron miles de máquinas para llevar adelante un negocio que ya es furor en otros lugares del mundo como Canadá y China: la minería de Bitcoin”, publicó Infobae.
Los principales beneficios del lugar son los diferimientos impositivos y el frío. El acceso a la energía es, por ahora, el principal problema.
El enorme consumo de energía eléctrica obliga a tener un buen abastecimiento y a la necesidad de refrigeración permanente para los equipos. Para esto último, el sur argentino es ideal. La energía aún es escasa y cara.
Minar Bitcoins significa generar monedas virtuales a través de complejas fórmulas algorítmicas vía inteligencia artificial.
Según los emprendedores(los cuatro argentinos que fundaron Bit Patagonia), entre dos fábricas en Tierra del Fuego tienen la capacidad de generación de unos 800 Bitcoin por año. Al precio actual de US$ 6.500, por lo que la “producción anual” llegaría a unos 5,2 millones de dólares, calcula Infobae.
Un dato negativo: el minado de Bitcoin lo realizan básicamente máquinas, por lo que el nivel de empleo es muy bajo si se compara con el que se alcanzaba con las fábricas de electrodomésticos y de ensamblaje de teléfonos celulares.
En Ushuaia se llegó a producir 4 millones de celulares y 1,1 millones de televisores por año.
En Paraguay
También en el Cono Sur, en Paraguay, el minado de criptomonedas llegó para quedarse. En este caso el beneficio no es el frío (la temperatura media es de entre 20 y 24ºC), sino la energía barata.
Los grandes empresarios “mineros” se están mudando a lugares donde la energía es barata y renovable, como Canadá, Islandia y el mencionado Paraguay. En esos países, las represas generan más electricidad de la que pueden consumir sus habitantes y el sobrante puede ser aprovechado por estas nuevas tecnologías.
Paraguay, y puntualmente en Ciudad del Este, los mineros de criptomonedas se están instalando para aprovechar la energía barata generada en la cercana planta hidroeléctrica de Itaipú de 14 gigavatios, la segunda presa más grande del mundo, que produce más electricidad de la que Paraguay puede consumir. “Allí, los precios son aproximadamente una cuarta parte de lo que valen en el vecino Brasil”, explican en Bloomberg.