• Menos del 40 por ciento de las personas está consciente que Facebook es dueña de Instagram

• Asimismo, apenas tres de cada 10 consumidores sabe que la marca también controla WhatsApp

• Por otro lado, más de tres cuartas partes de la gente asegura que esta red social les ayuda a estar en contacto con otros

La posición de las compañías de tecnología es difícil, por decir lo menos. Por una parte, son de las empresas más poderosas de todo el mundo, gracias a su alto (y diverso) flujo de dinero. A la vez, gracias a sus enormes dimensiones, incluso hasta los errores o cosas más pequeñas que salgan de sus empresas son sujetas a gran escrutinio público. Y por supuesto, se trata del sector que más crisis de marca presenta, ya sea por privacidad, capitalización e inversiones.

Así pues, la industria de la tecnología está en un punto difícil de su historia. De acuerdo con The Atlantic, más de una marca y experto se sienten pesimistas ante el futuro del mercado, en especial cómo se ve su influencia en los procesos políticos y sociales. Al mismo tiempo, varios agentes como The New York Times esperan demasiado de sus operaciones para resolver los grandes problemas del mundo. Y a eso hay que sumar la competencia de pequeños actores.

Pero esta crisis de marca es más clara en el caso de Facebook. Como la red social de mayor alcance de todo el mundo, la plataforma de Mark Zuckerberg enfrenta una terrible situación. No solo se debe a los anunciantes, agentes y compañías que alimentan sus resultados cada trimestre, sino a los usuarios y reguladores que conforman su negocio y le permiten operar. Por desgracia, no mucha gente parece satisfecha con su desempeño entre el público general.

Casi todo el mundo cree que Facebook tiene demasiado poder

The Verge acaba de presentar su encuesta anual Tech Survey, donde analiza la forma en la que el público ve y se siente con respecto a diferentes compañías de tecnología. De los hallazgos más importantes, resalta la forma en la que la población de Estados Unidos (EEUU) ve al titán de Mark Zuckerberg. Para el 76 por ciento de los consumidores, su principal marca es una red social que tiene demasiado poder. Sin embargo, ese no fue el único descubrimiento crucial.

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Aunque solo el 25 por ciento de la población está convencida que la marca tiene un impacto negativo en la sociedad, menos de la mitad cree que Facebook tiene efectos positivos. A la vez, es la compañía en la que menos confían para manejar su información personal. Además, de la gente que no utiliza esta red social, cerca de la mitad señala que es por miedos por su privacidad. Otra cuarta parte apunta que no está de acuerdo con su modelo de negocio.

¿Hay una salida prudente de esta crisis de marca?

Los problemas de Facebook no son exclusivos a la red social. Desde hace mucho tiempo que los usuarios de Hyundai no se sienten cómodos en carros de la marca, en parte por el número de incidentes con incendios en sus unidades. En México, la agencia de noticias del Estado se metió en un problema con un grupo de colaboradores, que llamó la atención de varios medios. Y empresas desde Apple hasta Huawei y Uber están constantemente envueltos en aprietos.

Vale la pena analizar la crisis de marca en la que se encuentra Facebook. Estos temores no son nuevos, pues se pueden rastrear tan atrás como el escándalo de Cambridge Analytica. Lo que sí es notable es que, a pesar de todos sus esfuerzos, la red social no es capaz de salir de esta idea en la que la tienen encasillada. Se trata de un problema que, aunque se reduce en intensidad cada poco tiempo, vuelve a renovarse con la aparición de nuevos escándalos.

Pero la cosa es que, mientas Facebook no tenga un competidor directo, viable y grande para hacerle frente, la marca no tiene nada que temer con sus usuarios. La gente seguirá usando su servicio, porque no hay ninguna alternativa decente. El único problema sería que estos miedos y temores terminen por convencer a los reguladores de que es necesario tomar medidas más severas. Por ahora el gobierno no lo ve necesario, pero muy pronto podría cambiar de opinión.