A medida que estos acontecimientos siguen vigentes, nos preguntamos ¿cómo impactarán ahora a los medios de comunicación y las relaciones con los comunicadores?
Se detectan ya algunas predicciones y tendencias. Por ejemplo, el incremento de los eventos híbridos. Estamos viendo como cada vez son más las conferencias, eventos y convenciones que planean regresar en 2022, atrayendo tanto a los asistentes, así como a la presencia virtual. Adoptar una experiencia virtual ha demostrado ser bien aceptada. Los asistentes y los expositores pueden participar de todo el mundo y tener flexibilidad: la mayoría de las sesiones se pueden registrar de antemano y compartir más tarde. Con un componente virtual, los organizadores pueden llegar a una audiencia más amplia, y los profesionales de los medios de comunicación pueden interactuar y compartir noticias.
Después de la saturación de videollamadas y con una tasa de vacunación creciente, la mayoría de los profesionales de los medios tienen la expectativa de asistir a las reuniones en vivo nuevamente. Al combinar los formatos híbridos (en vivo y virtual), los organizadores y los participantes tienen lo mejor de ambos mundos.
El efecto de la pandemia que obligó a recortes en la mayoría de los medios de comunicación, continuará dictando el papel de las relaciones con los medios en 2022. Esto ha provocado también que el periodismo especializado vaya a la baja. Los periodistas ahora dependen en gran medida de una variedad de “nuevas” fuentes para proporcionar contenido confiable y están desempeñando el papel de vigilantes para las audiencias, depurando la información que surge de los influencers, bloggers, podcasters y todas estas fuentes información emergentes.
Dada la velocidad a la que viajan las noticias (y la información imprecisa), la industria de RP debe integrar sus esfuerzos de comunicación de manera eficiente y efectiva. Una buena alternativa es adoptar al marco estratégico el modelo PESO (pagado, ganado, compartido o propio) que considera el valor de la visibilidad de los medios, con el alcance y el ROI. Por lo tanto, se deben de cultivar relaciones más profundas centradas en la personalización y el propósito. Tanto los periodistas como los profesionales de RP deben unir fuerzas para elaborar historias únicas y oportunas y ser empáticos con las audiencias.
La codependencia entre las redes sociales, las grandes empresas de tecnología y los medios de comunicación se ha vuelto más evidente. Las redes sociales siguen siendo una herramienta esencial para que los periodistas lleguen a sus audiencias; más de la mitad de los usuarios de Twitter reciben noticias a través de esa plataforma. Además, los monstruos tecnológicos están distorsionando el mercado de la publicidad, afectando especialmente a medios locales, lo que está incentivando nuevas restricciones legales. Está claro que debemos reconocer y estar preparados para la presencia de las “Big Tech” mientras aseguramos lo que verdaderamente nos atañe: la importancia de las noticias justas, objetivas e imparciales.
Una prensa libre, como la mayoría de nosotros lo entendemos, es la columna vertebral de una sociedad democrática. La industria del periodismo informa a los ciudadanos, vigila a los gobiernos y combate las campañas de desinformación cada vez más generalizadas y persuasivas. El periodismo ha experimentado una presión financiera en la última década, y ha visto una preocupante disminución de sus profesionales.
Entonces, ¿cómo podemos apoyarlos en un nivel corporativo?, una forma práctica es facilitarles su trabajo. Por ejemplo:
- Investigar y comprender qué información cubren los periodistas en referencia a nuestra actividad y lo que será atractivo a su audiencia, evitando enviar contenidos sin valor.
- Proporcionarles comunicados de calidad, con contenido multimedia utilizable y contar con expertos preparados disponibles por si surge un interés adicional por la información.
- Patrocinar eventos, foros y conferencias organizadas por los medios.
Y no dejen de suscribirse a su periódico local o proporcionar apoyo financiero a una estación de radio pública local. O simplemente, favorecer a los periodistas que ha leído o respetado a través de sus blogs, newsletter o podcasts.
La industria del periodismo continuará evolucionando y diversificándose, pero necesitará de la ayuda de las corporaciones. Sin esa ayuda, corremos el riesgo de estar menos informados o desinformados.