Estamos a pocos menos de un mes de que se cumpla un año de la entrada en vigor del nuevo etiquetado que afectó el empaque de cientos de productos en territorio nacional.
Esta reforma a la ley, que de manera general buscaría entregar mayor información al consumidor para tomar decisiones de compra más inteligentes en función de la composición de cada producto, se tradujo para muchas marcas en un proceso costoso y peculiarmente complejo, en donde las dudas fueron parte importante del mismo.
Los antecedentes
De manera puntual, se estima que acatar el cambio en el etiquetado involucraría a cerca de 800 mil productos, lo cual equivaldría a una inversión de más de 6 mil millones de pesos para la mayoría de las tiendas de la capital del país, esto aún cuando el plazo de implementación recibió una prórroga.
En la misma línea, la Profeco dio a conocer las multas a las que se harán acreedoras las empresas que no cumplan con esta primera fase de etiquetado.
Las marcas que no sigan estos lineamientos podrían pagaran hasta 781 mil 920 pesos, previo a una inmovilización de los producto desde la bodega, de no demostrar que han adaptado sus propuestas comerciales a la nueva norma a partir del primero de diciembre del año en curso.
Considerando este escenario y a pesar de lo abrumador que pudo ser el proceso, la mayoría de las marcas impactadas por este cambio acataron los cambios; sin embargo, y a poco menos de un año de la entrada en vigor de esta reforma, aún existen muchos cuestionamientos sobre lo que sucede con ciertos productos, por ejemplo, aquellos que son importados.
De los productos importados
Por ejemplo, en días recientes circuló desde LinkedIn un par de imágenes en las que se muestra dos cajas de cereal evidentemente importados en donde los ya reconocidos sellos negros se colocaron mediante una etiqueta y no como parte del diseño del propio empaque.
Adicional, los personajes animados que acompañan la presentación fueron eliminados con una simple etiqueta blanca que los hace “invisibles”.
Las imágenes compartidas por el usuario Adolfo Sierra, fueron acompañados con el texto “Esto es lo qué pasa cuando no te dio tiempo de cambiar el empaque para cumplir con la nueva ley de etiquetado en Mexico. Fotos reales de punto de venta”.
Ante la evidencia que presume haber sido tomada en un punto de venta, algunos usuarios comenzaron a cuestionarse sobre la manera en la que la nueva ley de etiquetado regula a los productos importados, haciendo alusión sobre si las prácticas que se evidencian en las imágenes estaban apegadas a la ley.
Lo que dice la ley
De acuerdo con la reforma de ley publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF), lo hecho en estos productos está en línea con la nueva normativa, con lo que estas etiquetas son suficientes para que la comercialización de dichos productos sea legal y bajo regla en el país.
“El artículo Quinto del Acuerdo de Criterios establece que las Autoridades estimarán que no existe infracción alguna, cuando los importadores hagan uso de adhesivos o calcomanías adheribles sobre las etiquetas de origen de los productos importados, siempre que cumplan exactamente con todos los elementos de información comercial y sanitaria previstos en la Modificación”, se lee en el mencionado documento, mismo que además aclara “que asimismo, resulta necesario establecer que el procedimiento previsto en el numeral 5 TER del Anexo de NOMs también es aplicable a las normas de información comercial y con ello proporcionar certeza a los usuarios respecto de aquellas mercancías que por cuestiones ajenas al importador no es factible dar cumplimiento al procedimiento de evaluación de la conformidad correspondiente”.
El impacto del etiquetado
De esta manera, lo que se evidencia en las imágenes parece estar alineado con las disposiciones que obliga la nueva ley, situación que ahora mismo parece ser bien abrazada por el consumidor ante una necesidad de tener mayor certeza sobre lo que se compra.
Para muestra basta con reconocer que, de acuerdo con una encuesta del periódico local Reforma, el 50 por ciento de los mexicanos cuestionados al respecto, reveló que esta manera de presentar las características de los productos le ayuda más a tomar una decisión de compra, sobre solo 25 por ciento que no considera este etiquetado de mayor ayuda para decantarse por un alimento u otro.
El nuevo etiquetado está ayudando a mejorar la comprensión del 50 por ciento de la población sobre los alimentos, mientras que el 19 por ciento dice que la norma no le ha hecho entender mejor la información nutricional.
Aunado a esto, se demuestra que gran parte de los mexicanos sí ve el etiquetado antes de comprar. El 37 por ciento de los encuestados dijo revisar siempre o la mayoría de veces el etiquetado de los alimentos y bebidas antes de adquirirlos, aunque el 35 por ciento contestó que rara vez o nunca lo hace.