Mondelēz, Nestlé, PepsiCo, Coca-Cola y Unilever son los cinco grandes que comenzarán a implementar lo que han denominado el ‘etiquetado nutricional evolucionado’ en el mercado europeo antes de que finalice 2018, un sistema que pretende ampliar la información que se da al consumidor, aunque el planteamiento puede que no sea tan beneficioso según las organizaciones de consumidores.
El sistema de etiquetado que ha sido diseñado por las propias multinacionales que comenzarán a darle uso consiste en un sistema de colores similar a un semáforo con el que se calificarán los productos que comercializan en Europa, según el contenido de grasas, grasas saturadas, azúcares y sal de cada uno.
De esta forma los productos serán rojos, ámbar o verdes según la cantidad de los citados contenidos, lo que según las compañías que lo proponen, ayudará a elegir al comprador de forma más informada.
Sin embargo, para los profesionales de la nutrición y medicina, así como para las asociaciones de consumidores, el sistema puede conducir al error, pues se trata de una clasificación según la porción propuesta por las marcas y no sobre las usuales cantidades de 100 gramos.
Por ahora, se aplicará a 11 categorías de productos entre los que se cuentan quesos, cereales, chocolate, pasteles, helados, margarina, mayonesa así como aperitivos salados, dulces y golosinas y las porciones han sido definidas por cinco científicos para armonizar la medición, según señalan estas empresas, explicando que usualmente los 100 gramos o mililitros no son una ración que el consumidor tenga establecida como referente al momento de comer o beber.
Sin embargo, organismos como la Organización Europea del Consumidor (BEUC), ya mostraron en 2017 su preocupación por la propuesta del sistema de colores que identificará las porciones, pues no existe un consenso o referente legal sobre las mismas, por lo que sus tamaños y pesos puede que no sean siempre los más adecuados como guía para el consumidor.
Es decir, si las raciones son pequeñas –especialmente las menores a 50 gramos–, puede que su calificación sea verde o ámbar y haga pensar al consumidor que se debe a la baja proporción de grasas, azucares y sal, cuando en realidad se debe al tamaño. Un planteamiento que puede inducir a un mayor consumo basado en lo que podría ser una percepción errada.
Puede que lo ideal, como también plantean especialistas en nutrición sea el establecer este código de colores tanto a las porciones como a las raciones de 100 gramos. De esta forma la información estaría más completa para el consumidor para que pueda tomar una decisión más acertada según sus deseos y necesidades nutricionales.