Por León Felipe Sánchez Ambía
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Tengo el recuerdo fresco del momento en que Miguel Ángel Pérez, profesor de ética y lógica en aquél entonces, me puso en contacto por primera vez con Internet. Fue en el año escolar 89-90 cuando por primera vez me comuniqué con otras escuelas en Estados Unidos, Australia e Inglaterra a través de los BBS. La experiencia de la Internet era totalmente diferente a lo que conocemos hoy. No existía, al menos en mi experiencia, esa inmediatez en la comunicación bidireccional y la alta disponibilidad de recursos y contenidos de todo tipo que existe hoy. Y en aquél entonces ya tenía 20 años de existir.
Hoy, 40 años después de su nacimiento, se sigue considerando a la Internet como un nueva tecnología. En términos de avances tecnológicos 40 años es una eternidad, sin embargo en términos de adopción de una tecnología y su penetración puede que no sea tanto tiempo.
¿Cómo ha modificado nuestros hábitos y la forma en que realizamos distintas actividades la Internet? ¿Hay alguna regulación que norme nuestra conducta o actividades realizadas a través de la Internet?¿Es cierto que lo que está en internet es de dominio público?
Existen varios mitos alrededor de la Internet. Uno de ellos es que se trata de una nueva tecnología. Por donde lo veamos, 40 años le quitan la novedad a lo que sea por lo que sería bueno que dejáramos de llamarle nueva a una tecnología a la que, en mi opinión, ya no le queda el calificativo.
Otro mito es que lo que sucede en la Internet no se encuentra regulado. Si bien no todas las conductas o actividades que se desarrollan a través de la Internet tienen un equivalente en el mundo analógico, me parece acertado decir que la gran mayoría de ellas si lo tienen y en consecuencia el medio no modifica la esencia de la conducta regulada. Lo anterior no aplica para los delitos debido a un principio de derecho que no viene al caso analizar en este momento.
Por último, el mito de que “lo que está en la Internet es de dominio público”. Nada más equivocado que hacer esta afirmación. Bueno sí, creérsela. Los contenidos que se encuentran disponibles a través de la Internet están, en su mayoría, protegidos por derechos de autor por lo que existe una persona que tiene el derecho de autorizar o prohibir diferentes conductas ligadas al uso y explotación de dichos materiales. Por fortuna existen sistemas de licenciamiento, surgidos como consecuencia de las necesidades y retos que plantea el uso y distribución de contenidos a través de la Internet y de la creación colaborativa de software, que permiten que los usuarios puedan utilizar un número muy importante de obras sin necesidad de entrar en contacto directo con el titular de los derechos al mismo tiempo que permite salvaguardar los derechos de dichos titulares.
En mi opinión, el mayor reto que enfrenta en estos momentos la evolución de la Internet es el de la protección de los derechos de sus usuarios, reto que, si no se afronta de manera adecuada, puede cambiar por completo la forma en que funciona y en que conocemos la Internet hoy en día.
Para que México afronte de forma adecuada este reto, el Senador Francisco Javier Castellón Fonseca está impulsando el proyecto de Ley Federal para la Protección de los Usuarios de Internet que contiene una serie de derechos fundamentales que deben garantizarse a todo usuario de la Internet en nuestro país.
Aspectos como la neutralidad de la red, la privacidad de las personas, los datos personales, las transacciones realizadas a través de la Internet, la libertad de uso de la Internet y los derechos de autor en el entorno digital son algunos de los temas que toca esta iniciativa.
De aprobarse, me parece que México estaría en aptitud de garantizar que la Internet siga siendo como la conocemos el día de hoy.
Son las Leyes de Mercado. Asesórese con su abogado.