El tema de Donald Trump quién utilizaba sus redes sociales para comunicarse con sus más de 88.7 millones de seguidores en Twitter y 30 en Facebook, pasará también a la historia como un caso de estudio que esperemos nos lleve al diseño de un protocolo más positivo para su uso.
Trump, quien desde su campaña política fue un activo usuario de Twitter, y que sin duda contribuyó a que el gigante tecnológico elevara sus ventas, es ahora bloqueado por infringir varios articulados establecidos para no generar violencia y noticias falsas.
De esta forma, de un plumazo, o mejor diríamos de un teclazo, ( keystroke) Trump se quedó sin su principal herramienta de comunicación que le fue muy útil durante su presidencia.
Pese a la gran cantidad de recursos económicos que la campaña electoral pasada generó para Facebook ( 80 millones de dólares ) y para Google quien recibió 101.3 mdd, será inevitable establecer un orden y nuevas rutas para difundir contenidos políticos.
No consideramos que lo anterior sea sólo un guiño y espaldarazo a los demócratas por llegar al poder, sino que esta reglamentación será de alcance universal evitando con ello información falsa y llamamientos a romper el orden legal.
La anterior intención hará que varios gobiernos del mundo replanteen su comunicación política toda vez que se verán limitados al no poder emitir sus mensajes sobre todo en época electoral. Uganda, quien tendrá elecciones y que estaba realizando propaganda, ya fue advertido sobre las nuevas disposiciones.
La toma del capitolio en independencia de que pasará a los libros de historia, dejan grandes lecciones para el mundo político si tomamos en cuenta que cuando se comenzó a hablar de un culto a la personalidad del actual mandatario americano, nadie se imaginó que algunos de ellos perderían la vida en este episodio por tomar a pie juntillas sus mensajes y sus arengas.
Un gobierno responsable como el dirigido por Angela Merkel en Alemania, ve problemática la suspensión de las cuentas de Trump, toda vez que lo correcto sería que el Estado estableciera un marco regulatorio para el uso de las redes sociales.
La canciller germana con más de 16 años de experiencia en el manejo de políticas públicas, afirma categórica que ¨ los operadores de las compañías tecnológicas tienen la gran responsabilidad de garantizar que la comunicación política no se vea envenenada por el odio, la mentira o la incitación a la violencia¨.
Lo anterior, no significa que la libertad de expresión se vea amenazada, lo que se buscaría es que las intervenciones en redes sociales podrían tener lugar de acuerdo a la ley y el marco regulatorio por definir. De tal suerte que este no es un debate sobre el derecho que todos tenemos de expresarnos, se trata de poner orden y protocolos viables.
Nueva realidad, nuevas reglas…
Nos encontraremos más adelante.