La nueva directriz, que según declaraciones de voceros de YouTube al diario The Wall Street Journal, ya se encontraba en desarrollo desde noviembre pasado, evitará que aquellos canales que no lleguen a las 10 mil visitas puedan tener anuncios, en ninguno de los videos que publiquen. De acuerdo con la propia firma, se trata de una iniciativa que busca
corroborar la procedencia de cada material publicado así como bloquear aquellos canales que roban contenido de otras fuentes para obtener beneficios monetarios.
Las nuevas medidas son para muchos especialistas un punto clave para mejorar las prácticas de publicación y difusión de contenido en YouTube toda vez que permitirán dar un paso más en la verificación de la fuente original de cada contenido para evitar malos usos en más de un sentido.
No obstante, también podrían convertirse en el inicio del fin de una de las ramas de negocio más lucrativas para la plataforma de video más dominante hasta el momento.