-
Roku es una plataforma con más de 80 millones de cuentas activas; según cifras propias.
-
El consumo de streaming de video podría representar del 12 al 15 % de consumo familiar; Albo.
-
Los nuevos términos y condiciones de las empresas también contribuyen a descripción dada por la Profeco de obsolescencia programada.
El consumo de streaming no parece tener limite y las empresas están haciendo su parte para que cada día se tenga mayor acceso al entretenimiento, pero menos la capacidad para ser participe de los términos y condiciones de que generan las empresas, como es el caso de las nuevas condiciones de uso de Roku, para evitar acciones jurídicas de parte de los consumidores.
Según la plataforma digital Albo, el consumo de streaming de video podría representar del 12 al 15 por ciento de nuestros ingresos. Para la plataforma, este tipo de consumo representa uno de los principales “gastos hormiga”, generando alrededor de 2 mil pesos al año por cada una de las suscripciones, asumiendo que se tengan a más de una de las plataformas contratadas.
En dicho de Statista, las plataformas que más popularidad tienen en el mercado son Netflix, Amazon Prime Video, Disney+, Max, Apple TV+; siendo las tres primeras las que acumulan más de 160 millones de suscriptores en todo el mundo. A esto se suma la plataforma Roku, que en el 2023 marcó una cifra récord de más de 100 mil millones de horas de streaming reproducidas en la plataforma, con una media récord de 4,1 horas al día.
Además, dicha plataforma consolidó más de 80 millones de cuentas activas, siendo este un importante indicador del crecimiento y la escala de la compañía a medida que los consumidores continúan migrando a la transmisión de TV. Además, de tener su propia línea de televisores, un programa de licencias de Roku TV que incluye a más de 30 socios.
Roku nuevas condiciones de uso
Justos este mes muchos de los 80 millones de propietarios de dispositivos Roku, incluidos dispositivos de transmisión, decodificadores y televisores conectados a Internet que ejecutan el software de transmisión de la compañía, se encontraron con la sorpresa de que al encender su TV tuvieron un bloque de texto con un mensaje que proporcionaba condiciones de servicio actualizadas que dificultaban que los clientes emprendieran acciones legales contra la empresa.
Si los usuarios no estaban de acuerdo con las nuevas condiciones, tenían un bloqueó al acceso de menú y a las aplicaciones de Roku en sus dispositivos. La única forma de optar por no participar era enviar una carta a la empresa.
También este mes, Roku anunció una violación de seguridad que involucraba a unas 15 mil cuentas de usuarios. Las credenciales de inicio de sesión de las víctimas se obtuvieron ilegalmente a través de una violación de los servidores de otra empresa y se utilizaron para ingresar a cuentas de Roku para comprar suscripciones de transmisión, según Roku.
Esto generó un malestar entre los usuario, ya que la empresa desactivó un dispositivo por el que habían pagado con antelación. Esto dejó evidenciar, según el Grupo de Investigación de Interés Público de EU, una organización en defensa del consumidor, que lidera la investigación; que los usuarios no son dueños los productos tecnológicos; comparado con las viejas tecnologías en donde una pantalla te permitía conectar lo que quisieras o pudieras pagar. Pero hoy en día, la gran mayoría de televisores se conectan a Internet y ejecutan el sistema operativo y las aplicaciones del fabricante. Aunque haya comprado el televisor, el componente de software, una parte importante de lo que hace que el producto funcione, sigue controlado por la empresa.
Lo mismo sucede con las computadoras, en donde los consumidores podrían modificar sus máquinas instalando un sistema operativo diferente. Pero con muchos otros tipos de dispositivos electrónicos con sistemas de software bloqueados, desde dispositivos de transmisión hasta lectores de libros electrónicos, esas modificaciones normalmente no son posibles.
Las cláusulas de arbitraje obligatorio se han convertido en un estándar de la industria para empresas como Sony PlayStation, Vizio y Hulu, que también exigen que los consumidores envíen una carta por correo para optar por no participar en sus términos y condiciones.
Un ejemplo extremo de cómo funcionan estas condiciones en los dispositivos, es que contribuyen a la obsolescencia programada; es decir, a la acción intencional que hacen los fabricantes para que los productos dejen de servir en un tiempo determinado, según la descripción de la Profeco. Pues, aunque es normal que los productos se desgasten y poco a poco terminen su vida útil, cuando se trata de una acción programada para dejar de funcionar.
Esto permite casos como el sucedido en el 2020 con Amazon, que desactivó Echo Look, una cámara que ayudaba a las personas a organizar sus guardarropas, con solo emitir un crédito promocional para que los propietarios compraran un dispositivo de Amazon diferente que careciera de características similares.
Una situación similar y más común, se encuentra cuando las empresas dejan de respaldar productos más antiguos porque necesitan vender dispositivos nuevos, como es el caso del Apple Watch original de Apple de 2015, que hoy en día ya no recibe actualizaciones de software haciendo de este dispositivo un aparato obsoleto después de casi 10 años de uso.
Lee más: Personajes de videojuegos evolucionan para funcionar como chatbot
Fue a McDonald’s y comprobó cuántas carnes puede ponerle a su hamburguesa
Misik te da la guía definitiva para comprar los mejores audífonos gamer