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La industria de la entrega de alimentos a domicilio crece exponencialmente. Sólo en EE.UU. se ordena comida a través de apps por US$ 10.200 millones anuales
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Las compañías tienen grandes ingresos, pero también gastos, lo que las hace poco rentables (por ahora)
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Nueva York busca regular el sistema y, si lo logra, sería un ejemplo para otras ciudades del mundo
Las app de delivery son un modelo de negocio que llegó para quedarse. En relativamente pocos años alteraron radicalmente el mercado gastronómico en las ciudades grandes y medianas del mundo.
Mientras ahora las app de pedidos condicionan la vida de la gente y, al mismo tiempo, no son grandes generadoras de ganancias (lo que tensiona la relación de las firmas con los inversores), los gobiernos buscan alternativas de regulación.
Nueva York es una de las ciudades más importantes del mundo, por eso es interesante describir lo que piensa hacer en la materia, lo que podría ser luego imitado por otras jurisdicciones de los Estados Unidos o de otras partes del mundo.
- Una de las normas previstas apunta a limitar las comisiones que se les cobra a los restaurantes al 10%. Hoy, hay casos que llegan al 15% y hasta el 20%.
- Otro proyecto en Nueva York, buscaría prohibir que las app de entrega les cobren a los restaurantes por pedidos telefónicos de clientes que luego por diferentes motivos no se concretan, una práctica habitual.
- Un tercer proyecto de ley prohibiría que los servicios de entrega puedan imponer precios de los menús u obligar a que los restaurantes lancen ofertas o promociones.
- Una cuarta idea es establecer reglas relacionadas con la entrega, como requerir un embalaje especial a prueba de manipulaciones, con multas de hasta US$ 100 por cada infracción.
- Un quinto proyecto de ley requeriría que los proveedores divulguen públicamente las comisiones, tarifas y otros pagos obligatorios impuestos a los restaurantes y a los consumidores.
- Y un sexto proyecto en Nueva York requeriría que las aplicaciones deban obtener una licencia para proporcionar sus servicios en la ciudad a través del Departamento de Asuntos del Consumidor, según Restaurant Dive.
Este tipo de normas, aunque generarán discusiones, es una necesidad ante la proliferación de los servicios de entrega que ya usa la mayoría en la industria gastronómica.
La velocidad vertiginosa del crecimiento del negocio ha hecho que sea difícil mantener al día las regulaciones.
En los Estados Unidos, Grubhub, DoorDash, Uber Eats y Postmates lideran el mercado y se expandieron a partir de la comodidad de la gente para recibir menúes en sus hogares por una tarifa relativamente baja y, a veces, hasta inexistente.
Jordan Nof, de Tusk Ventures, advierte sobre la sustentabilidad del negocio: “Recibir comida todos los días de cualquier restaurante para el almuerzo y la cena no es algo, en términos generales, que sea sostenible en el tiempo de la forma actual”.
Por eso, algunos servicios de entrega de alimentos están mostrando el estrés al que están sometidos.
Por ejemplo, Grubhub, uno de los primeros jugadores en el segmento, contrató asesores financieros para explorar la puesta en venta de la compañía.
Postmates, otro de los players, retrasó su salida a bolsa y culpó a las “condiciones del mercado”.
Uber Eats anunció planes para salir de los mercados donde no logró convertirse en uno de los dos mejores competidores, como era su objetivo.