El gigante petrolero no la está pasando bien en los últimos años. Sus ingresos están en franco retroceso desde 2011, cuando alcanzaron el máximo del siglo, y el número de empleados también cae a un ritmo similar.
Por ahora, a Exxon lo sigue sosteniendo su valor de marca, que aunque cayó debajo de las tecnológicas y minoristas online, como Apple, Amazon, Alphabet y Microsoft –que lideran el ranking–, se mantiene en el top 10, superando a Johnson & Johnson, por ejemplo.
Sin embargo, surgió un problema que deja en evidencia algo que Exxon viene enfrentando desde hace años y, al parecer, lo ha estado ocultando.
Según una denuncia presentada esta semana por la Fiscalía General de Nueva York, durante años, ExxonMobil engañó a los accionistas sobre la grave amenaza que enfrenta su imperio por las restricciones sobre las emisiones de carbono.
La demanda alega que Exxon ejecutó un “esquema fraudulento de larga data” que engañó a los inversores al proporcionar “declaraciones falsas” sobre la exposición de la compañía petrolera a las regulaciones derivadas del cambio climático.
Las mentiras se dieron “en la mayoría de los niveles de la compañía, incluido el exgerente general de Rex Tillerson [quien fue secretario de Estado de Trump]”, dice la demanda de la procuradora Barbara Underwood.
“Exxon construyó una fachada para engañar a los inversionistas y hacerles creer que la compañía estaba administrando sin sobresaltos los riesgos de la regulación del cambio climático”, dijo Underwood en un comunicado.
“De hecho, fue intencional y sistemáticamente subestimarlos o ignorarlos, en contra de los accionistas”, dijo.
Breaking News: New York is suing Exxon Mobil, accusing it of defrauding shareholders by downplaying the risks of climate change to its business https://t.co/6Op4aKJRzM
— The New York Times (@nytimes) 24 de octubre de 2018
Tranquilidad
Exxon ha estado intentando durante largo tiempo tranquilizar a los inversionistas que se muestran nerviosos por las consecuencias que podría significar para la firma la serie de regulaciones relacionadas con el cambio climático.
En este sentido, siempre dijo que aplicaba un “costo extra” que contemplaba los efectos de las emisiones de carbono a sus decisiones de inversión.
Sin embargo, la demanda alega que Exxon, silenciosamente, consignaba esos costos como mucho más bajos o no los sumaba en absoluto a las inversiones.
Por ejemplo, la demanda dice que Exxon no aplicó esos costos en los cálculos de 14 proyectos petrolíferos en Alberta, Canadá, lo que resultó en una subestimación de costos por alrededor de US$ 25.000 millones.
Tillerson siempre supo, “durante años”, que las declaraciones de Exxon a los accionistas en estos “costos extra” eran “engañosos”, dice la demanda.
En una declaración, Exxon criticó a la fiscal y dijo que la “investigación es falsa” que buscará que se desestime la demanda.
“Las denuncias son producto de intereses especiales, de oportunismo político y de la incapacidad de la fiscalía general para admitir que una investigación de tres años no ha revelado ninguna infracción”, dijo Exxon.