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La polémica sobre los ingredientes usados en alimentos se ha incrementado en el mundo, pues los efectos nocivos de estos han sido tremendamente cuestionados.
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Hay cada vez más tendencias a través de las cuales se logra innovar en el mercado.
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Desde esta innovación se han podido establecer retos mediante los cuales se integra de mejor forma al consumidor, cuando los productos de consumo se adaptan a su realidad.
El consumo de alimentos en México está en un interesante proceso de regulación e investigación, con el descubrimiento de microplásticos en leches y un nuevo etiquetado, se ha dado paso a una nueva era en el mercado, donde el marketing tiene que profundizar aún más en los estilos de vida.
Del estudio que se haga de estos estilos de vida dependerá el alcance que se logre en ventas y branding, donde la imagen que responda a las necesidades de los consumidores será la más valorada.
Ante estas tendencias, un aspecto de gran ayuda en ello es el que tiene que ver con la manera como las marcas están innovando y lo importante que se vuelve hacerlo con estrategia.
Un nuevo enemigo en el pasillo de lácteos
Leche con microplásticos es el último gran descubrimiento que un grupo de investigadores ha llevado a cabo y con el que han dado con un nuevo problema en el consumo.
Los famosos microplásticos se han convertido en uno de los contaminantes más peligrosos que se han detonado en el mundo, por lo que resulta importante entender el valor que hay en el mercado, cuando se logra identificar este tipo de contaminantes y se trabaja contra ellos.
Dentro de una investigación dada a conocer por el Cinvestav se ha revelado que Fermín Pérez Guevara y Munisamy Gurusamy, investigador y doctor recién graduado del Departamento del Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav, han sido los responsables de dar con estos contaminantes.
El duo de investigadores se dio cuenta de que tras analizaar 23 marcas de leches en México, todas ellas contenían microplásticos, lo que enciende las alarmas en el pasillo de lácteos, sobre la calidad de estos productos y el riesgo que hay en seguir consumiéndolos.
Los microplásticos identificados forman parte de la familia de los polisulfonatos propios de los filtros que se usan en esta industria, sobre todo en estas leches que se venden sin lactosa.
“Lo más interesante del estudio fue que en todas las muestras se encontraron microplásticos de polisulfonatos, pero no se identificó algún otro tipo de polímeros.
Esto indica que no es una contaminación externa, sino parte del proceso, probablemente dentro de la secuencia de pasteurización donde se emplean estos filtros, ya sea por algún desgaste de los mismos o un tipo de amarre que produzca fricción, generando las partículas del polímero. El hecho de no encontrar más plásticos indica que existe una producción limpia”, concluyó Pérez Guevara.
El reto en el pasillo de lácteos
La noticia de que las leches contienen microplásticos por el proceso de pasteurización que llevan a cabo es una importante alerta en el pasillo de lácteos, donde los productos han resentido el castigo de los consumidores, sobre todo ahora que sabemos la concentración de ciertos ingredientes como los azúcares en muchos de ellos.
Recientemente dimos a conocer que un directivo de Chedraui había confesado que tras el nuevo etiquetado al que se obligó a las marcas en México, la categoría de yogurt se llevó la peor parte en el pasillo de lácteos.
Esto evidentemente enciende las alertas a las marcas lácteas porque con nuevos etiquetados y un estudio que alerta del riesgo de tomar sus leches, la decisión del consumidor podría solo buscar la propuesta que no de positivo a estos elementos.
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