Este lunes, más de un millón de alumnos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) regresaron a clases. Normalmente, los padres nos preocupamos por que tengan la lista de útiles completa, por llevar la documentación a la escuela y porque sus uniformes estén impecables.
Las estadísticas del INEGI muestran que cada 22 días un niño fallece dentro de una escuela en México. Pero esto no es todo: el informe de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022 revela que 712 mil niños entre 0 y 9 años sufrieron lesiones accidentales en el último año, con un 27.8% de los accidentes ocurriendo en el ámbito escolar.
Sin embargo, los padres damos por hecho que nuestros pequeños están a salvo en el entorno escolar. Pero ¿están realmente seguros? Las pólizas escolares son, sin duda, una solución crucial para mitigar los riesgos asociados con la vida escolar. Proporciona protección financiera para cubrir gastos médicos y otros costos relacionados con accidentes y también tiene un efecto preventivo al promover una mayor responsabilidad en la gestión de riesgos dentro de las instituciones educativas.
La Ley General de Educación y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes no especifican directamente su obligatoriedad. No obstante, el artículo 41 de la Ley General de Educación exige que las instituciones educativas adopten medidas para proteger a los estudiantes, lo que puede interpretarse como un fundamento para la implementación de seguros escolares.
Adicionalmente, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes garantiza el derecho a la protección de la salud y al bienestar físico, lo que refuerza la necesidad de una cobertura adecuada.
Como subraya Víctor Hugo Reyes, director de Líneas Personales en AARCO, “la implementación de un seguro escolar no debe ser vista como una carga adicional, sino como una inversión en la seguridad y bienestar de los estudiantes”.
Una buena práctica la tenemos en la Ciudad de México donde el programa social Seguro Contra Accidentes Personales de Escolares “Va Segur@” ofrece atención médica de y garantiza el derecho a la salud a 1 millón 900 mil alumnos que estudian en escuelas públicas de educación básica y nivel medio superior y a 70 mil docentes, trabajadores educativos, servidores públicos y prestadores de servicios.
Pero ¿qué pasa en el resto de estados?
Como padres, debemos estar atentos a que estas disposiciones se cumplan. La necesidad de un marco robusto para el seguro escolar en México no es sólo una necesidad legal implícita, sino como una responsabilidad moral que debe asumirse con urgencia.
Eduardo Barrera, subdirector de Procesos en AARCO, explica que las coberturas más comunes incluyen fallecimiento accidental, gastos funerarios, gastos médicos por accidente y pérdidas orgánicas, aunque la protección específica varía según la póliza contratada. Con 38 años de experiencia y una presencia significativa en todo el país, AARCO está bien posicionada para liderar el avance hacia un sistema de seguro escolar más equitativo y eficaz.
La seguridad de los estudiantes debe ser una prioridad tanto para las autoridades educativas como para las familias. La implementación de un seguro escolar no es solo una medida preventiva, sino una inversión en el bienestar y la protección de nuestros menores, esencial para construir un entorno educativo más seguro y protegido.